La escena se repite en todos los hospitales donde hay enfermos ingresados con coronavirus. Cada vez que pueden, los pacientes se ponen en contacto con sus familiares y amigos a través del smartphone para contarles cómo están, tranquilizarles y preguntar cómo va todo ahí fuera. La expansión del COVID-19, la situación de confinamiento social y las medidas de aislamiento dentro de los centros hospitalarios han provocado una desconexión social, sobre todo, de los más mayores. “Los pacientes jóvenes son los que hacen más videollamadas con sus padres y amigos. Todos los que tienen un smartphone contactan con gente. El problema son los más mayores, que muchos no saben cómo hacer una videollamada”, comenta un trabajador del Hospital Infanta Leonor de Madrid a Levanta la cabeza.

Los abuelos están aislados de todo, todavía más los que sufren un deterioro grande o los que no entienden las herramientas tecnológicas. El pasado fin de semana, los trabajadores sanitarios del hospital madrileño vivieron una escena muy emocionante: “Una enfermera cogió su móvil, lo metió en dos bolsas y se lo puso a un señor muy mayor, y que está muy malito, para que hablara con su familia. Ha sido un subidón impresionante tanto para el paciente como para su familia. Es importante que esas abuelas y abuelos tengan la oportunidad de ver y hablar con los suyos. Les hace mucho bien”, explican las mismas fuentes.

Por eso, un grupo de trabajadores del centro pensó que la mejor solución era solicitar a particulares y empresas tecnológicas la donación de teléfonos inteligentes y tabletas "porque nadie se merece pasar esto solo". La campaña #porvertedenuevo, una iniciativa que tiene como objetivo facilitar el contacto visual a los pacientes ingresados por coronavirus con sus allegados a través de videollamada, se ha lanzado en redes sociales y en grupos de mensajería instantánea.

En Italia, donde el número de fallecidos supera los 6.000 y el de infectados de casi 60.000, se están viviendo situaciones dramáticas en algunos hospitales de las zonas más afectadas. Allí, los enfermos de más edad y con menos posibilidades de recuperarse viven una soledad casi absoluta. “¿Sabes qué es lo más dramático? Ver como un paciente que va a morir solo te ruega poder decir adiós a sus hijos y nieto”, explicó la médico Francesca Cortellaro, del Hospital San Carlo Borromeo de Milán a la cadena BBC. En muchos casos se están despidiendo porque el personal de los hospitales les deja su móvil. En el centro italiano y gracias a una campaña ciudadana, compraron una veintena de tabletas y lograron que, por lo menos, tengan la posibilidad de hacer una última videollamada.