La sensibilidad de la población y su compromiso con las medidas se ha hecho estricto cuando en los medios veía que el drama estaba a punto de acabar de la Humanidad. Y se relajaba cuando los medios hablaban de otras cosas o comentaban la bajada de la incidencia.

Ese es uno de los grandes miedos que tiene ahora el mundo de la seguridad vial. Desplazados los accidentes de tráfico como drama -en un solo día han muerto en España por la pandemia más que en un año de carreteras en incidencia a las 24h-, existe el convencimiento de que los accidentes subirán.

Tenemos que volver a subir la presión porque las 870 personas que murieron en las carreteras (incidencia 24h) el año pasado se salvaron inútilmente del coronavirus. Resulta absurdo llevar una vida enmascarada prudente y distanciada, vacunarse… y luego subirse al coche desatendiendo las medidas de seguridad más severas.

Los últimos datos avanzan además un repunte de los casos en la carretera y las últimas encuestas que los propios conductores se definen como peores en la carretera, que consumen más drogas y más alcohol y que están menos centrados al volante.

Es lógico que en plena guerra nuclear hayamos desatendido la lucha contra el cáncer por cuestión de foco, energía y recursos. Pero una cosa es priorizar y otra no darse cuenta de que el mundo ya era un lugar peligroso y lleno de dramas de los que protegerse antes de la primavera negra de 2020. Y esos dramas no han desaparecido.

Afortunadamente, en la seguridad vial contamos con más sociedad civil que en ningún otro sector, que va a pelear por popularizar de nuevo la lucha contra los accidentes de tráfico. Y contamos con un comunicador nato como Pere Navarro, uno de cuyos grandes méritos ha sido colocar la seguridad vial en el primer plano mediático. Precisamente lo que decíamos al principio del artículo: los ciudadanos luchan y se protegen contra los peligros que les cuentas los Informativos. Diríase, de forma muy injusta, que las amenazas que no salen en televisión no son peligrosas.

Por eso en Atresmedia no hemos parado de darle pantalla y antena a Ponle Freno. Y en plena pandemia hemos seguido advirtiendo que la muerte es muerte tanto en la UCI de un hospital como en una curva ciega.

Por favor, no bajemos la guardia. Vacunémonos con cinturón, prudencia, falta de prisas, móvil apagado y sin alcohol ni drogas al volante. Esta pandemia lleva muchos años entre nosotros y habíamos bajado juntos la incidencia en los últimos lustros.

No provoquemos una nueva ola de accidentes de tráfico que dispare la tasa.