En días con rachas de viento es fundamental que agarremos el volante con las dos manos con firmeza y decisión, prestando mucha atención a las salidas de los túneles, las terminaciones de los edificios o cuando adelantemos a un vehículo grande como un camión, tramos en los que el viento puede multiplicarse por el efecto pantalla, que hará que tras superarlo el viento nos empuje con más fuerza. En estos casos hay que evitar dar bandazos.

Cuando hace viento, su dirección es clave. Si vamos conduciendo es importante que nos fijemos en las mangas de viento colocadas en puentes y zonas delicadas y, si no hay, observemos la vegetación.

Además de lo anterior, es recomendable reducir la velocidad y adecuarla a la fuerza del viento.

Además de la máxima atención y de una buena posición de las manos en el volante, el conductor deberá reducir la velocidad en función de la fuerza del viento, y adecuarla a la situación, poniendo la seguridad por encima de todo.

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