Tras las vacaciones de verano, época en la que se le da un uso más intensivo al coche y se suelen hacer más kilómetros a altas temperaturas, es bueno realizar una revisión, poniendo especial atención a determinadas partes de nuestro vehículo.
Además de las luces, los frenos y el motor, también se recomienda revisar el estado de los neumáticos, porque es probable que se hayan desgastado. También hay que comprobar el nivel de diferentes líquidos como el de freno, el limpiaparabrisas y el refrigerante.
Otros aspectos a tener en cuenta son el estado de nuestros frenos, del limpiaparabrisas y los filtros de aceite y aire, así como los faros.
Y ya que nos ponemos, ¿por qué no limpiar nuestro vehículo? El polvo y la arena pueden dañarlo.