Está claro que 2019 arrojará un buen dato en lo que a siniestralidad se refiere. Hasta el 17 de diciembre -última fecha actualizada- habían perdido la vida en las carreteras en las 24 horas después de un siniestro 1.053 personas, 95 menos que hasta ese mismo día en 2018.

Si sumamos las víctimas mortales provisionales del operativo de Navidad, con 37 muertos hasta el día 29, y teniendo en cuenta que no están incluidas varias jornadas de diciembre, entre ellas este último día del año, la cifra de fallecidos de 2019 podría estar en torno a los 1.100 frente a los 1.188 contabilizados en 2018 en las 24 horas después del accidente.

El verano ha sido clave para este descenso

Los buenos datos de junio, julio y agosto, con descensos muy significativos respecto a 2018 y que, a todas luces, son los que van a marcar la diferencia, pues esos tres meses dejaron 81 muertos menos que el año anterior.

Así, junio de 2019 cerró con 78 muertos (114 en 2018), julio acabó con 116 (129 el año anterior) y agosto marcó récord con 99 fallecidos frente a 131 y se consolidó como el mejor agosto de la serie histórica.

Junto al periodo veraniego, también bajaron, aunque de forma no tan pronunciada, los muertos en enero (73, 16 menos que en 2018); febrero (82) y abril (74), en ambos casos tres fallecidos menos que el mismo mes del año anterior y en mayo (87, ocho menos).

Solo dos meses han registrado subidas: octubre, que se salda con 107; y noviembre, con 91 muertos. Septiembre acabó con el mismo número (97).

Hasta el momento, y siempre con la referencia de accidentes con víctimas mortales provisionales (solo fallecidos en las 24 horas siguientes al siniestro), el mejor dato de la década lo tiene 2015, con 1.131 fallecidos, por delante de 2014, que también fue un buen año (1.132).