Se trata de la cifra más baja de la historia y la primera vez que el número de fallecidos en vías interurbanas es menor de 1.000, un hecho que hay que encuadrar en el contexto de la pandemia de la Covid-19 y las limitaciones a la movilidad impuestas para frenar su propagación, que han reducido los desplazamientos un 25% y, por consiguiente, la siniestralidad vial.

Estos datos han sido dados a conocer por el ministro del Interior en la presentación del balance de accidentalidad vial 2020. Fernando Grande-Marlaska ha señalado que, pese al descenso de la siniestralidad recogido por las estadísticas, “son cifras inaceptables para la sociedad y para quienes trabajamos en el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico porque todos sabemos que esas muertes y heridas graves son en su mayoría evitables y, por lo tanto, asumimos la obligación de evitarlas”.

Un año marcado por la pandemia de la Covid-19

Durante 2020 se han producido 321 millones de desplazamientos de largo recorrido, lo que supone un reducción de un 25% respecto del año anterior, es decir, 106 millones movimientos por carretera menos.

Este descenso ha sido mayor en fines de semana (-35,5%) que durante los días laborables (-20,8%) y en vehículos ligeros (-29,40%) que en vehículos pesados (-2,6%), ya que estos últimos han seguido abasteciendo a toda la población, incluso durante el periodo más duro del confinamiento.