En el debate también ha participado Jordi Jané, el actual conseller catalán de Interior y uno de los promotores del carné por puntos en su etapa de diputado en el Congreso. Para él, no es necesario "derribar lo construido", ahora hay que buscar "puntos de novedad" y "elevar el nivel de exigencia" a los conductores, acorde con la circulación de coches más seguros.
Se trataría, ha concretado Jané, de "buscar métodos, acciones y normativas que sigan incidiendo en un mensaje novedoso" para los conductores a fin de que estos se vean involucrados.
Jané ha ofrecido algunas ideas, como "darle una vuelta" a los cursos de recuperación de puntos para que no sean homogéneos y se adapten al perfil del conductor que los ha perdido, así como que el infractor no los vea obligatorios, sino "atractivos" y sienta que pueden aportarle algo positivo.
También ha apostado por campañas impactantes (no ha querido adelantar la de la Generalitat para este año) y por hacer obligatoria la educación vial en las escuelas.
Pere Navarro no se ha pronunciado sobre por dónde podría ir la reforma del carné por puntos que se plantea desde numerosos sectores, entre ellos el Gobierno, pero ha sido tajante al afirmar que ha llegado ya la hora de abrir un debate sobre la movilidad, desde su convencimiento de que organizarla bien redundaría en una mayor seguridad vial.
En su intervención, Navarro sí que ha enumerado algunas lecciones del carné por puntos que podrían servir de punto de partida para cualquier política que quiera llevarse a cabo en materia de seguridad vial.
Navarro ha recordado que países que cuentan con este modelo, como Reino Unido, Alemania o Francia, lo han reformado, lo que viene a demostrar que es "una buen práctica" mejorarlo al cabo de un tiempo.
Como ocurrió en 2004, cuando comenzó a debatirse en España este sistema, es fundamental que haya voluntad política (hasta ese año -ha subrayado- los partidos no incluían la seguridad vial en sus programas electorales).
Desde su convencimiento de que en seguridad vial "está todo inventado", Navarro ha recordado que España copió el modelo francés y, por tanto, que otra de las lecciones a tener en cuenta es que hay que copiar, pero "saber copiar bien", algo que "no es tan sencillo".
Otras lecciones que pueden sacarse del permiso por puntos son el discurso sencillo y pedagógico con el que se explicó la medida -si comete infracciones, se va quedando sin puntos y sin carné- o la novedad de apelar a la autoresponsabilidad frente a la idea que hasta entonces imperaba de que el Estado era el responsable de los accidentes.
La idea "potente" de que era un sistema "igualitario" que afectaba a todas las clase sociales, el hecho de que el proyecto lo redactaran los funcionarios encargados luego de su aplicación o el acuerdo de todos los partidos son otras lecciones que Navarro ha destacado.