En total, el pasado año perdieron la vida en vías interurbanas y urbanas 1.680 personas -cinco al día de media-, lo que representa un 12 por ciento menos de muertos que en 2012, una cifra histórica que coloca a España en el quinto puesto de la UE en tasa de fallecidos por millón de habitantes, con 36 víctimas mortales, frente a las 42 registradas en 2012.

Con el dispositivo especial de verano a las puertas -comienza el próximo día 4 de julio, la directora general de tráfico, María Seguí, ha querido dar cuenta en rueda de prensa no sólo de este operativo para julio y agosto -se prevén 79 millones de desplazamientos- sino, sobre todo, de los datos cerrados y definitivos de la siniestralidad vial en 2013.

Tras contabilizar los fallecidos en el momento del siniestro (el dato en enero de 1.128 muertos) y en los treinta días posteriores al mismo, tanto en carreteras como en ciudad, Seguí ha destacado las cifras de 1.680 fallecidos, 223 menos que en el año anterior y la de 5.529 personas heridas que tuvieron que ser hospitalizadas con lesiones de gravedad.

En total se registraron 89.519 accidentes con víctimas. Salvo en las personas que murieron en travesía, con un fallecido más respecto a ninguno del ejercicio anterior, y un aumento el 2 por ciento entre los que perdieron la vida entre 65 y 74 años, todas las "dimensiones" han mejorado, en palabras de Seguí.

Los datos de 2013 también hacen que España haya avanzado del séptimo al quinto puesto de la UE en tasa de fallecidos por millón de habitantes, por detrás de Suecia con 28, o Reino Unido, Dinamarca y Países Bajos y, muy por debajo, ha destacado la directora, de la tasa media europea, que se sitúa en 52 muertos.

"No les quepa ninguna duda de que trabajaremos para rebasar esa diferencia de 8 puntos con Suecia sino también para excederla", ha dejado claro tras recordar que el parque de vehículos disminuyó un 1 por ciento -lo forman 32.616.105 vehículos- y que el censo de conductores sigue estable, con 24.401.660.

Precisamente, en estos dos factores, los coches y los conductores, inciden los principales "peros" del balance definitivo de siniestralidad.

En el caso de los coches, el parque cuenta con una media de edad de diez años, si bien los vehículos implicados en los accidentes mortales el pasado año tenían un promedio aún mayor, 12 años.
La antigüedad del vehículo, ha insistido la máxima responsable de Tráfico, es un elemento añadido de riesgo con respecto a los coches con menos de 5 años.

También preocupa la edad de los conductores y su envejecimiento paulatino que avanza en paralelo a la población. El 13,6 por ciento de los conductores tiene 65 años o más. De hecho, en 2013 los únicos grupos con más fallecidos con respecto al anterior fueron los de 65 a 74 años (un 2 por ciento) y los de 55 a 64 (un 1%).

En 2013, la edad media de los fallecidos se situó en 50 años, tres más que en el año anterior.

Por tipo de accidente, seis de cada diez siniestros con víctimas se siguen registrando en vías urbanas, aunque la mortalidad se concentra en vías interurbanas, donde el número de fallecidos fue casi tres veces superior al de ciudad.

De todas formas, la tendencia del descenso de víctimas mortales en carretera sigue su camino. En total, 1.230 personas perdieron la vida en estas vías, lo que supone un descenso del 15 por ciento con respecto al ejercicio anterior y una bajada del 14 por ciento en el número de heridos.

Son nuevamente las carreteras convencionales las que acumulan más muertes, el 76% del total, con 940, así como las que más registran accidentes con víctimas, 26.128 y más heridos, 5.182.

Frente las carreteras, en las vías urbanas se produjeron más accidentes con víctimas, 52.222, en los cuales fallecieron 450 personas (el 27% del total).
Seguí ha destacado que pese a que el número de personas que perdieron la vida en ciudad disminuyó un 2 por ciento, no hay que bajar la guardia porque en 2013 crecieron en estas vías un 10 por ciento los accidentes y un 11 por cientos los heridos.

De la radiografía de la siniestralidad de 2013, Seguí también ha incidido en los 46 menores de 14 años fallecidos y en los 4 niños de entre los 20 muertos menos de 12 años que no viajaban en sillita, así como en los ciclistas, colectivo con 69 víctimas mortales (tres menos que en 2012), los peatones, con 378 fallecidos (dos más) o los motoristas, con 301 muertos (uno menos).