El dispositivo, que comienza a las 15.00 horas de este viernes y concluye a las doce de la noche del domingo, tiene como objetivo regular la multitud de viajes de corto y largo recorrido motivados en su mayoría por la tradicional visita a los cementerios de todas las poblaciones.

El dispositivo incidirá en las entradas y salidas de las grandes ciudades, donde se instalarán carriles adicionales dada la mayor intensidad de tráfico, a la vez que se restringirá la circulación de camiones.
Más de 200 funcionarios y personal técnico especializado que atiende en los siete centros de gestión de Tráfico ubicados en Madrid, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga, Valladolid y A Coruña y aproximadamente 3.500 agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil son los medios humanos para este dispositivo.

A los que hay que añadir 4.000 empleados de las empresas de conservación, de vías en régimen de concesión dependientes del Ministerio de Fomento y del resto de titulares de carreteras y personal de servicios de emergencia tanto sanitarios como bomberos.

Todos ellos apoyados por los cinco helicópteros con radar Pegasus que vigilarán la velocidad desde el aire.