El balance anual de la siniestralidad vial hecho público por la Dirección General de Tráfico ayer incluye datos significativos: de los casi 1.500 muertos en las carreteras, 400 eran motoristas (casi el 30% de las víctimas). Otras 500 personas murieron al salirse su vehículo de la vía. 

En 2011 fallecieron 500 peatones atropellados, la mitad de ellos en la ciudad y la otra en carretera. Curioso que en la última década baja más de un 5% el porcentaje de muertos entre los jóvenes y sin embargo suba ese mismo porcentaje entre los mayores de 65 años. 

Pero hay datos positivos que hablan por sí solos. Si comparamos cuantas personas se dajaban la vida en las carreteras cada día hace 10 años y ahora, hay 7,5 víctimas menos al día que en el año 2000.

También bajaron los deplazamientos: 4 millones de conductores dejaron de coger el coche para largos trayectos. las operaciones especiales de tráfico en Semana Santa, verano y Navidad registraron un descenso de vehículos de 400.000, 3 millones y un millón, respectivamente. 

Las campañas de concienciación del canet por puntos y la reforma del Código Penal se han revelado como muy efectivos. El reto ahora será seguir reduciendo más y más las víctimas por accidente de tráfico.