En los meses de julio y agosto han perdido la vida 224 personas en las carreteras españolas. En agosto han fallecido 103 personas, 28 menos que en el mismo mes de 2016.
Con esos datos, ha resaltado Zoido, el pasado mes se convierte en el agosto con menos siniestralidad desde 1960, cuando murieron 150 personas, en una curva ascendente desde esa fecha hasta 1989, cuando alcanzó su máximo histórico, con 732 víctimas mortales, para ir descendiendo hasta al actualidad.
En julio perdieron la vida 121 personas, tres menos que ese mes de 2016.
Respecto al número de accidentes mortales, el balance arroja un descenso del 11 por ciento en julio y agosto, con 206 frente a los 232 de los dos mismos meses del ejercicio pasado.
Zoido ha querido hacer hincapié en los datos negativos con los que comenzó el año, toda vez que 2016 finalizó con 1.160 muertos en siniestros viales contabilizados a 24 horas (las 24 primeras tras el accidente), lo que significó un incremento de 29 fallecidos en relación con 2015.
Sin embargo, en los primeros ochos meses del año parece que la tendencia ha dado un giro y, así, hasta el 31 de agosto las carreteras se han cobrado la vida de 775 personas, 23 menos que en el mismo periodo del año pasado.
Y eso que han aumentado un 4,4 % los desplazamientos de largo recorrido, ya que en el periodo enero-agosto se han producido 277,2 millones de viajes, 11,7 millones más.
Respecto a la movilidad en julio y agosto, Tráfico calcula que se han producido 87,6 millones de viajes de largo recorrido, un 3 por ciento más y una media diaria de 1,4 millones.
Por comunidades autónomas, las víctimas mortales han aumentado este verano en Cataluña (15 más), Andalucía (3), Extremadura (2), Cantabria, Madrid y Asturias (una más en cada una de ellas) y han descendido en el resto.
El 80% de las muertes se han producido en carreteras secundarias, y la salida de vía ha sido el tipo de accidente más frecuente (el 43 %).
Cerca del 30 % de los fallecidos que viajaban en turismo no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Sin embargo, los usuarios de bicicleta y ciclomotor muertos sí usaban casco, aunque uno de los motoristas que perdió la vida no lo llevaba. Además, los tres menores de 12 años fallecidos en turismo o furgoneta utilizaban accesorios de seguridad.
La Guardia Civil de Tráfico aumentó este verano sus efectivos en 3.000 plantillas de vigilancia, ha explicado Zoido.
Zoido ha repasado las medidas puestas en marcha para mejorar la seguridad vial, como las destinadas a proteger a los colectivos más vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas.
Así, Tráfico presentó en julio un mapa de rutas ciclistas protegidas, con una selección de 140 donde se ha reforzado la seguridad. Precisamente, en ellas no se ha producido ningún accidente mortal de ciclistas.
Seis helicópteros las han vigilado desde el aire, sobre todo fines de semana y festivos. En algunas de esas vías se ha llegado a monitorizar 120 ciclistas en una hora.
El titular de Interior ha hecho referencia a los test de drogas, que arrojan una media del 12 % de positivos, y ha dicho que este año se realizarán 100.000 pruebas de este tipo y en 2018 se harán 150.000.