Durante el año pasado se han producido 1.072 accidentes mortales en vías interurbanas, en los que han fallecido 1.180 personas y 4.515 heridas hospitalizadas, lo que supone un descenso en el número de fallecidos y heridos graves de -1,5% y -7,6% respectivamente y un aumento del 0,7% en el número de accidentes mortales.

Esta accidentalidad se ha producido en un escenario con un 2% más de desplazamientos (7,9 millones más), lo que supone que durante el pasado año se realizaron más de 416 millones de desplazamientos de largo recorrido; el parque de vehículos ha aumentado un 3%, situándonos en los 33,7 millones de vehículos y el censo de conductores ha crecido un 1%, situándonos en 26,8 millones de conductores.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acompañado del director general de Tráfico, Pere Navarro, ha presentado el balance de la accidentalidad vial del año que acaba de terminar y ha manifestado que las cifras dadas a conocer son provisionales y únicamente se refieren a los accidentes mortales ocurridos en vías interurbanas y víctimas mortales registradas en las 24 horas siguientes al accidente. "Habrá que esperar a tener las cifras definitivas ya consolidadas en las que se incluirán las víctimas a 30 días de accidentes ocurridos tanto en vías urbanas como interurbanas para tener la información completa, porque solo entonces podremos saber cómo ha ido el año", ha señalado.

Según los datos facilitados por Marlaska y Navarro, además de los 1.180 fallecidos, 4.515 personas resultaron heridas graves y precisaron hospitalización en los 1.072 accidentes mortales registrados en 2018, lo que supone una reducción del 7,6 por ciento en el número de lesionados respecto a 2017, es decir, 379 menos.

Y el año concluyó así gracias a los meses de septiembre, octubre y noviembre, cuando el descenso de la mortalidad fue del 9,5 por ciento, y después de un verano "atroz", en palabras de Marlaska, ya que en julio y agosto murieron 256 personas, 31 mas que en lo mismos meses de un año antes.

"No vamos a lanzar las campanas al vuelo", ha dicho el ministro, quien, no obstante, ha querido valorar que 2018 haya sido el primero de descenso tras las subidas y estancamiento de los anteriores. "Ojalá podamos decir que esta va a ser la tónica", ha apostillado.

Un descenso de la "violencia vial", como lo denomina Marlaska, a pesar de que el número de desplazamientos ha aumentado un 2 % (7,9 millones más), el parque de vehículos un 3 % hasta llegar a los 33,7 millones, y el censo de conductores un 1 %, con 26,8 millones en la actualidad.

Algo que preocupa especialmente a las autoridades es el aumento (un 48,4 %) del número de peatones fallecidos por atropello, que han pasado de 91 en 2017 a 135 el año recién finalizado. Además, 49 de ellos lo fueron en autovías o autopistas.

Los peatones están incluidos, junto con los usuarios de bicicletas, ciclomotores y motocicletas, en lo que la DGT llama colectivos vulnerables, que en conjunto suman 412 del total de fallecidos, con 16 más que en 2017.

Y entre ellos, han disminuido especialmente los motoristas fallecidos, con un total de 211, es decir, 31 menos y un descenso porcentual del 12,8 %.

También ha bajado la siniestralidad de los ciclistas en las vías interurbanas, con 36 víctimas morales (7 menos).

Un total de 594 fallecidos viajaba en turismo (55 muertos menos que en 2017), 64 en furgoneta (11 menos), 61 en camiones (8 más), 11 en autobús (9 más) y 38 en otros vehículos (15 más).

Por sexo, el 80 por ciento de los conductores fallecidos eran hombres y por tipo de vía, el 74 por ciento perdió la vida en las convencionales (877), aunque la siniestralidad en estas carreteras han bajado un 4,5 %.

Salidas de vía, con el 40 % del total, y choques frontales (el 27 %) son los accidentes mortales más comunes en estas carreteras.

Frente a ese descenso, las muertes en autovías y autopistas han crecido un 8,2 %, con 318 fallecidos frente a los 295 de 2017. También 4 de cada 6 siniestros se producen por la salida de la vía y el 21 % por colisiones traseras o múltiples.

La franja de edad con más fallecidos es la de mayores de 65 años, que con 249 muertos el año pasado ha aumentado en 68 (un 37,6 %). Le siguen las víctimas mortales de entre 45 y 54 (un total de 225) y de entre 35 y 44 (con 208).

Trece niños de menos de 14 años perdieron la vida en accidente el año pasado (ocho menos), así como 148 jóvenes de entre 15 y 24 años (siete más) y 187 de entre 25 y 34 años (cuarenta menos).

Un 22 % de conductores y pasajeros de turismos y furgonetas que fallecieron no llevaban puesto el cinturón de seguridad, como tampoco hacían uso del casco 7 de los motoristas fallecidos, ni 5 de los usuarios de ciclomotor ni 5 ciclistas.

Por comunidades autónomas, los fallecidos bajaron en ocho autonomías, sobre todo en Castilla-La Mancha (33 menos) y Andalucía (30 menos) y subieron en las otras nueve, de manera más acusada en la Comunidad Valenciana (32 más). Barcelona, con 72 fallecidos, encabeza la lista por provincias, por delante de Valencia (64), Madrid (48) y A Coruña (45).