A partir del 1 de enero entrarán en vigor nuevas restricciones para el acceso de los vehículos más contaminantes a Madrid Central, donde no podrán entrar coches sin pegatina de la DGT, es decir, los gasolina anteriores a 2000 y los diésel previos 2006, sin ser residentes.
Esta es una de las limitaciones que se incorporan en el área de bajas emisiones de la capital para el cumplimiento de la Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, que paulatinamente endurece las prohibiciones y acaba con algunas de las excepciones vigentes.
La nueva medida afectará también a las furgonetas sin pegatina de urgencias de suministros de agua, electricidad, gas y telecomunicaciones de la vía pública, a los vehículos que acuden a entregar medicamentos y a recoger residuos farmacéuticos, a las ambulancias del Servicio Madrileño de Salud más contaminantes, a las autorizadas de carga de hasta 3.5000 kilogramos, e incluso a los vehículos más antiguos de la Dirección General de Tráfico y a los coches con distintivo B de las autoescuelas situadas en el Centro de Madrid.
A pesar de la dureza de la nueva restricción, los residentes empadronados en Madrid Central y los que trasladan a personas con movilidad podrán circular por esta zona.
Este jueves 26 de diciembre, se decidirá en Junta de Gobierno si extender los permisos especiales de paso a determinados vehículos, como a las furgonetas de reparto sin pegatina ambiental o a los padres y madres de niños escolarizados en el interior de este área.
Además, a partir de 2020 los coches sin distintivo ambiental de la DGT (los vehículos A) no podrán aparcar en las zonas con parquímetro, exceptuando a los residentes que solo podrán estacionar en su propio barrio.
Para informar de esta medida, el Ayuntamiento de la capital ha enviado cartas a los 42.000 madrileños que poseen un vehículo sin pegatina, ha colocado folletos informativos en los parabrisas y ha difundido mensajes en los paneles de la M-30.
Este veto al aparcamiento de los coches más contaminantes en la Madrid Central forma parte del calendario con el que la capital busca expulsar de forma definitiva a este tipo de vehículos en 2025, y que tiene como siguiente objetivo que no puedan atravesar este área a partir de 2022. En 2023 pretenden que también estén fuera de la M-30, y en 2024 que solo los vecinos puedan usar dichos coches en la capital.