Uno de los principales problemas, a la hora de optar por un coche eléctrico, aparece al utilizar tan solo cargas rápidas de la batería, y al circular a altas velocidades. Estos dos comportamientos, como advierten distintos expertos y fabricantes, reducen en gran manera la vida útil de la batería, por lo que se podrá recorrer una distancia total con el vehículo bastante menor que la que podría haberse llegado a alcanzar.
La duración media de la batería de uno de estos vehículos eléctricos en la actualidad garantiza entre 100.000 y 160.000 kilómetros, o unas 1.000 recargas. No obstante, ciertas conductas, como las antes descritas, así como someter al coche a temperaturas muy altas o muy bajas, pueden derivar en una vida útil mucho más reducida para estos motores.
Aunque algunos vehículos cuentan con un sistema que advierte a sus usuarios de este tipo de situaciones, lo más recomendable es vigilar las condiciones de la batería de los vehículos eléctricos para evitar cualquier posible percance. Por ello se recuerda que, si bien es desaconsejable dejar que la batería se descargue por completo, ocurre lo mismo a la hora de cargarla del todo.
En el primer caso, si se permite una descarga completa, así como si el vehículo permanece estacionado o sin recargar durante más de 15 días, se podría reducir de forma significativa su capacidad de batería. Por otra parte, una batería cargada al 100% en un ambiente con temperaturas más altas de lo acostumbrado, puede traducirse en un envejecimiento acelerado de las células de batería del vehículo.
No obstante, algunos de estos coches cuentan con un sistema de gestión que monitoriza las células de la batería y asegura una recarga uniforme.