El colectivo ciclista, junto a los peatones y los motociclistas, es uno de los colectivos más vulnerables. En cuanto a su siniestralidad, el año pasado fallecieron 48 ciclistas y su accidentalidad va en aumento. En cuanto a los ciclistas heridos, entre 2012 y 2017 han aumentado un 49%.
Las carreteras convencionales son el lugar con más mortalidad de este colectivo. Este dispositivo permite avisar a los conductores de la presencia de ciclistas ya sea en solitario o en pelotón.
Se instala en tramos de baja visibilidad, como curvas y cambios de rasante, así como en otros en los que el arcén sea inexistente o intransitable: circunstancia que obliga a los ciclistas a ocupar una mayor parte de la vía.
El sistema incluye una serie de sensores y funciona con energía solar. Es programable de forma remota y reporta datos diarios que permiten llevar a cabo un análisis estadístico, que puede resultar muy útil.
Consiste en una señal de peligro con el pictograma de un ciclista y unas luces LED, que se iluminan cuando pasa un ciclista para avisar a los conductores de la presencia de este colectivo.
El tiempo que los LED se mantienen encendidos se puede configurar, de manera que se asegure el aviso a los conductores en función del tipo de tramo.
En definitiva, se trata de un sistema sumamente útil, autónomo, sostenible y con un potencial importante en la prevención de accidentes con ciclistas en las carreteras convencionales.