El estudio, elaborado a partir de entrevistas realizadas a 10.465 adolescentes de 14 a 18 años, muestra la violencia que sufren las adolescentes en sus relaciones sentimentales.

Casi el 17 % de las chicas reconoce que su pareja las ha insultado o ridiculizado; el 16% que la ha controlado hasta decidir por ella hasta el más mínimo detalle; el 15 % dice haber sido aislada de sus amistades; el 13,6 % fue controlada a través del móvil y cerca del 11% se sintió presionada para realizar actividades sexuales que no quería. Finalmente, el 9 % indica que su pareja le ha hecho sentir miedo, el 8,4 % sostiene que la ha intimidado y el 3,4 % ha sufrido agresiones físicas.

La coordinadora del estudio y catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid María José Díaz-Aguado ha explicado que la violencia psicológica y de control es la más habitual a todas las edades, no solo en la adolescencia, y que debería constituir la primera señal para alertar de que se está en una relación muy peligrosa que si no se interrumpe puede alargarse con el tiempo.

El estudio revela que el porcentaje de chicas que reconoce haber sufrido situaciones violentas por parte de su pareja es superior al de chicos que reconocen haber ejercido ese maltrato.

Así, el 6,3 % dice haber ridiculizado o insultado a su novia, el 5,8 % haberla controlado con el móvil, el 4,9 % haberla controlado de forma abusiva, el 3,1 % haberla presionado con fines sexuales y el 2,4 % haberle pegado.

La catedrática de Psicología de la Educación ha incidido en que la sociedad española ha avanzado en combatir el problema de la violencia de género desde sus inicios, en la adolescencia, y ha destacado que está demostrado que el trabajo que se hace en la escuela para prevenir las relaciones violentas da sus frutos porque disminuye el riesgo de que ellas se conviertan en víctimas y ellos, en maltratadores.

Díaz-Aguado también ha hecho hincapié en la necesidad de que la lucha contra la violencia de género digital -un tipo de violencia creciente- se convierta en una prioridad.

En este sentido, la Fiscalía General del Estado alertaba en su memoria de 2019 de cómo las nuevas tecnologías, que han puesto en manos de los agresores de las víctimas de violencia de género "mecanismos muy potentes de manipulación, humillación y control, pueden generar dominación y relaciones desiguales entre hombres y mujeres, capaces de producir efectos lesivos extraordinariamente graves".

Una de las principales conclusiones del estudio "Menores y violencia de género" es que los menores que han estado expuestos a violencia machista ejercida contra sus madres tienen un mayor riesgo de reproducir esa violencia, ya sea en forma de víctima o de agresor, pero ésta no es ni "automática ni inevitable".

También la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer 2019 aporta información sobre cómo sufren las jóvenes, en este caso de entre 16 y 24 años, la violencia machista.