Esta nueva estrategia utiliza una  maquinaria de corte de las proteínas de las células tumorales para descomponer y eliminar las proteínas que impulsan el desarrollo del cáncer.

Cuando se probó en muestras de laboratorio de células de leucemia y en animales con leucemia similar a la humana, el enfoque provocó que las células de cáncer murieran mucho más rápidamente que con las terapias dirigidas convencionales.   

Los investigadores diseñaron la estrategia como una forma de desarrollar inhibidores de proteínas que no son dianas farmacológicas y superar la resistencia a los medicamentos, un defecto común de las terapias dirigidas. La resistencia surge cuando los tumores que originalmente respondieron a una terapia en particular se las arreglan para eludir los efectos del fármaco y reanudar su crecimiento.

"Una de las razones de la resistencia que ocurre es que las proteínas relacionadas con el cáncer a menudo tienen múltiples funciones dentro de la célula y las terapias dirigidas convencionales inhiben sólo una o unas pocas de esas funciones", explica el autor del artículo, James Bradner oncólogo y químico de Dana-Farber. 

"Los fármacos convencionales permiten a la proteína específica adaptarse al medicamento y la célula encuentra rutas alternativas para sus señales de crecimiento", añade.

"Estamos muy contentos de que esta tecnología química pueda ofrecer una manera de mejorar muchas moléculas de medicamentos contra el cáncer y. por supuesto, esta estrategia tiene implicaciones más allá del cáncer para el tratamiento de otras patologías que amenazan la vida", subraya Bradner.