El CIMA Universidad de Navarra ha desarrollado una técnica diagnóstica de Covid-19, basada en la extracción de ácido ribonucleico (ARN) que permite procesar grandes cantidades de muestras en paralelo. Además, con la incorporación de un robot multicanal, se podrían analizar más de 2.000 test diarios.

La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es una técnica capaz de detectar el ARN del virus SARS-CoV-2 en muestras biológicas. Aunque existen varios protocolos estándar de PCR, todos ellos dependen de una primera extracción de ARN. Este paso es uno de los principales cuellos de botella ya que la metodología actual de extracción de ARN tiene un procesamiento limitado y no permite testar grandes poblaciones.

La metodología implementada en el Cima mejora el proceso de extracción de la muestra que se usa para la detección de Covid-19. Para ello, a diferencia de los kits comerciales, que requieren de un procedimiento de extracción manual, se usa una placa que permite alojar hasta 96 muestras.

De esta forma, se elimina el proceso de centrifugación necesario, puesto que se utilizan unas bolas magnéticas para unir el ARN. Un proceso que permite usar un imán y purificar el ARN de múltiples muestras de manera simultánea.

Una vez extraído, el ARN se utiliza en una reacción que permite detectar la presencia de ARN viral e incluso determinar de forma aproximada la carga viral presente en la muestra. Al automatizar este proceso, los investigadores del Cima pueden procesar 384 muestras en menos de dos horas.

De esta forma, es posible llevar a cabo alrededor de 1.000 muestras analizadas por día; una cifra que podría escalonarse en función de las máquinas de PCR disponibles. Por otra parte, este proceso presenta la ventaja de que la cantidad de reactivos usados es inferior respecto a los protocolos habituales de detección del virus.