Los autores proceden del ámbito de la psicología y consideran que desde su campo pueden aportar a los científicos herramientas que les permitan elevar la aceptación de sus mensajes entre una amplia variedad de públicos, incluyendo los más escépticos.

Aviva Philipp-Muller es profesora adjunta en la Universidad Simon Fraser de Canadá, y autora principal del artículo y expone que “Los trabajos clásicos sobre persuasión siguen aplicándose a lo que estamos viendo hoy en día, ya que muchas personas rechazan la ciencia de las vacunas, el cambio climático y otros temas. Pero hay estrategias basadas en la evidencia que pueden funcionar para aumentar la aceptación pública de la ciencia”.

Según los autores, las creencias anticientíficas se basan en cuatro fundamentos: pensar que las fuentes científicas carecen de credibilidad; identificarse con grupos que tienen actitudes anticientíficas; un mensaje científico que contradice las creencias actuales de la persona, y una falta de correspondencia entre la forma en que se presenta un mensaje y el estilo de pensamiento de la persona.

Richard Petty, profesor de psicología de la Universidad Estatal de Ohio y coautor del estudio afirma que “lo que tienen en común estos cuatro fundamentos es que revelan lo que ocurre cuando la información científica entra en conflicto con lo que la gente ya piensa o con su estilo de pensamiento. Este tipo de conflictos son difíciles de manejar para la gente, y eso hace que les resulte más fácil rechazar la información científica que no encaja con lo que ya creen”.

La importancia de la ideología política en el mundo moderno

El aumento de las actitudes anticientíficas en las últimas décadas ha sido muy notable. Para Petty la causa se debe también en parte al aumento de fuentes de noticias y medios de comunicación social unido a la importancia que en el mundo moderno está tomando la ideología política.

“La política siempre ha estado presente, y la gente tenía opiniones políticas, pero la política no lo impregnaba todo. La ciencia y las creencias científicas estaban separadas de la política en una época, pero ya no”, recuerda Petty.

La política forma parte esencial de la identidad de las personas en la actualidad, la ideología afecta a la forma en que reaccionan ante las evidencias científicas que se han politizado, como el cambio climático.

“Algunas personas pueden rechazar la nueva información científica porque es más fácil hacerlo que revocar sus creencias políticas preexistentes”, añade Philipp-Muller. La política puede desencadenar o amplificar procesos mentales básicos en las cuatro bases de las actitudes anticientíficas.

En cuanto a la credibilidad de las fuentes. Las investigaciones demuestran que la gente ve a opiniones políticas similares como más expertos y conocedores. Se consideran más o menos creíbles diferentes fuentes de noticias en función de las creencias previas de cada uno, quedando expuestos diferentes fuentes de información científica, y de desinformación.

¿Cómo actuar ante creencias anticientíficas?

Según los autores esta investigación muestra cómo atajar algunos de esos cuatro fundamentos que residen en el germen de las actitudes anticientíficas.

Una manera sería transmitir mensajes a favor de la ciencia que reconozcan las preocupaciones del otro bando, pero explicando por qué es preferible la posición científica.

Por ejemplo, los mensajes sobre la prevención de la propagación de la covid-19 pueden reconocer que el uso de mascarillas puede ser incómodo, pero explicar que la incomodidad vale la pena para prevenir la propagación de la enfermedad.

Otra manera sería encontrar un terreno común o puntos de acuerdo con las personas que rechazan la ciencia, (incluso si ese ámbito compartido es totalmente ajeno a la ciencia) y trabajar a partir de ahí. “La gente sube sus defensas si cree que se le está atacando o que eres tan diferente a ellos que no puedes ser creíbles”, enfatiza Petty.

Petty considera que la investigación psicológica puede enseñar a los científicos a cómo presentar sus trabajos a todo tipo de públicos, incluidos los escépticos, “A menudo no basta con un mensaje sencillo y preciso”, declara.

Philipp-Muller añade que hay una oportunidad de contrarrestar las actitudes y el sentimiento anticientífico existente. “Tenemos que utilizar estrategias basadas en la evidencia para aumentar la aceptación pública de la ciencia”, sugiere.