Tanto el VIH como el coronavirus tienen una enzima parecida, que ayuda a ambos virus a instalarse en el cuerpo humano. Por eso, algunos antirretrovirales creados para combatir el VIH consiguen inhibir dicha enzima.

En el mundo, pero sobre todo en China, hay cientos de tratamientos experimentales contra esta nueva enfermedad. En uno de ellos, se aplica el fármaco remdesivir, que se desarrolló para el ébola y se aplicó en otros coronavirus, como el SARS. Otro de los medicamentos con los que se está trabajando es la cloritina, que también se probó contra la malaria.

Sin embargo, los expertos recuerdan la complejidad de este virus es que puede mutar, uno de los principales factores que causa mayor preocupación y por el que urge frenarlo.

No obstante, recuerdan que todos estos tratamientos son experimentales y que las mejores medidas siguen siendo la prevención y la contención.