El año pasado, nuestro país alcanzó las tasas de trasplantes por millón de población más altas del mundo. De estas cifras, que se cierran con más de 5.300 trasplantes en 2018, al menos 3.300, es decir, el 62%, se refieren a trasplantes renales.

Esto supone que España se sitúe a la cabeza de Europa en el trasplante de riñón, algo que supone una importante reducción de la lista de espera para este tipo de trasplantes en nuestro país. Además, también se ha conseguido aumentar el número de pacientes con un riñón funcional trasplantado, por encima de la cifra de pacientes en diálisis.

Si para finales de 2013, 4.328 pacientes esperaban un trasplante renal, 2018 ha cerrado con 3.933 pacientes registrados a la espera de un trasplante. Estas cifras tan positivas para nuestro país se deben en parte, a que España es responsable del 15,5% de todos los trasplantes renales que se llevan a cabo en la Unión Europea; pese a que los españoles representamos tan solo un 9% de la población de toda Europa.

Desde la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) destacan que para lograr estos resultados es necesario recalcar los avances en nuestro país con respecto al “modelo organizativo, el esfuerzo en la formación de profesionales y la innovación en la búsqueda de nuevas fórmulas para aumentar la disponibilidad de órganos, junto con la generosidad de los ciudadanos y la excelencia del Sistema Nacional de Salud”.

No obstante, pese al aumento del número de trasplantes renales exitosos en nuestro país, desde la ONT, responsable del Registro Mundial de Trasplantes, destacan la necesidad de incrementar la disponibilidad de órganos para trasplante renal en Europa, puesto que al concluir 2017, casi 50.000 pacientes se encontraban a la espera de un trasplante en el continente.