La investigación dirigida por la doctora Ruth Travis y por la investigadora Ellie Wats, ambas del Departamento de Salud de la Población de Nutffield (Oxford), señala que el cáncer de próstata es el segundo cáncer más frecuente en los varones de todo el mundo después del de pulmón.

Este estudio es uno de los primeros en mostrar evidencias sólidas sobre los factores que podrían modificarse para reducir el riesgo de desarrollar este tumor. Para llegar a esta conclusión, estudiaron los niveles de dos hormonas que circulan en la sangre y que investigaciones previas habían sugerido que podrían estar relacionadas.

Para la investigación, tomaron de referencia a 200.452 hombres que, cuando se unieron al proyecto Biobank (Reino Unido), estaban libres de cáncer.

Los investigadores calcularon los niveles de testosterona 'libre', es decir, la circula por la sangre y que, al no unirse a ninguna otras moléculas, puede tener efectos en el cuerpo y, una hormona de crecimiento llamada factor de crecimiento similar a la insulina-I (IGF-I).

De los más de 200 mil hombres, 9.000 fueron seguidos durante entre seis y siete años para ver si desarrollaban cáncer de próstata. De éstos, 5.412 fueron diagnosticados y 296 fallecieron a causa de la enfermedad.

Los varones con concentraciones más altas de estas dos hormonas en la sangre, tenían más riesgo de desarrollar el tumor. Por cada cinco nanomoles en la concentración de IGF-I por litro de sangre, a los hombres les aumentaban las probabilidades un 9%. Y, por cada 50 picomoles de testosterona 'libre' por litro de sangre, les aumentaba un 10%.

Además, al observar la población en su conjunto, los investigadores señalaron que los hombres con los niveles más altos de IGF-I tienen un 25% mayor de riesgo y, que aquellos con altos niveles de testosterona 'libre', tienen un 18% más de riesgo.

Gracias al estudio, los doctores pueden determinar que los niveles de testosterona influyen tanto en el crecimiento como en las funciones normales de la próstata y que, el IGF-I también estimula el crecimiento de las células en nuestro cuerpo. Esta influencia se debe a que pueden estar vinculadas a la dieta, el estilo de vida y el tamaño corporal.

Estos resultados son importantes porque los profesionales de la medicina pueden centrar sus investigaciones en estos dos factores y ayudar a los pacientes a prevenir la aparición de concentraciones de la testosterona 'libre' y del IGF-I para disminuir el riesgo de la aparición del cáncer de próstata.

Las expertas Ruth Travis y Ellie Watts continúan con el examen de los datos obtenidos en el estudio para confirmar sus hallazgos.

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