Los investigadores del CNIO han descubierto que los inhibidores de USP7 -en desarrollo por varias compañías farmacéuticas para el tratamiento del cáncer- disparan la actividad prematura de proteínas del ciclo celular, lo que provoca un descontrol en la división y muerte de las células tumorales

El trabajo rechaza la premisa de que la eficiencia terapéutica de estos inhibidores está relacionada con su capacidad para activar la proteína supresora de tumores P53, aceptada actualmente por la comunidad científica internacional

Estos resultados amplían así el uso potencial de estos inhibidores a un número mayor de pacientes, independientemente de que los tumores expresen o no la proteína P53

Los investigadores proponen que la efectividad antitumoral de estos compuestos podría verse incrementada en combinación con otros fármacos que actúan de forma similar sobre la división celular

“Nuestro trabajo revela que los inhibidores de USP7 disparan una actividad desenfrenada y prematura de la maquinaria que controla el ciclo celular, lo que hace, entre otras cosas, que el material genético se rompa al tratar de duplicarse”, declaran los investigadores.

“Entender cómo funcionan estos fármacos ayudará a poder identificar mejor a los pacientes que se podrían beneficiar de su uso, así como potenciales combinaciones con otros fármacos a explorar o evitar”.

Posibles terapias combinadas

El hecho de que los inhibidores de USP7 funcionan desregulando CDK1 abre la vía a posibles combinaciones terapéuticas que podrían aumentar la eficacia de estos fármacos en pacientes con cáncer.

Los resultados de este nuevo estudio tienen también otras importantes implicaciones en el uso de estos compuestos inhibidores de USP7, ya que confirman las observaciones de 2016 que sugerían que estos fármacos pueden ser efectivos independientemente de que los tumores expresen P53 o no.

La idea original de que los inhibidores de USP7 funcionaban estimulando P53 restringía su uso potencial a aquellos pacientes cuyo tumor expresase esta proteína, lo que ocurre en algo menos del 50% de los casos. Por tanto, la identificación de que estos agentes funcionan por un mecanismo independiente de P53 abre su uso potencial a un número mucho mayor de pacientes.

En la actualidad, el grupo de Fernández-Capetillo está centrado en revelar nuevos mecanismos de resistencia a terapias antitumorales, incluidos los inhibidores de USP7, que sirvan para mejorar su eficacia en la clínica.

El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Instituto de Salud Carlos III, el Consejo Europeo de Investigación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.