Se trata de un enfoque de puntuación de riesgo combinado que incorpora la genética, factores clínicos como la historia familiar de la diabetes y un recuento de los autoanticuerpos de los islotes, biomarcadores que están implicados en la diabetes tipo 1.

Para llevar a cabo este método, se ha llevado a cabo un seguimiento durante 9 de años de unos 8.000 niños con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 desde su nacimiento, que ha sido recogido en el Estudio de los Determinantes Ambientales de la Diabetes en los Jóvenes ('TEDDY').

En una investigación publicada en la revista 'Nature Medicine', utilizando datos de 'TEDDY', se encontró un nuevo enfoque combinado que mejoró la predicción sobre qué niños desarrollarían diabetes tipo 1, lo que permitió un mejor asesoramiento a las familias.

Este nuevo enfoque duplicó la eficacia de los programas de detección de recién nacidos para prevenir la condición potencialmente mortal de la cetoacidosis, consecuencia de la diabetes tipo 1, en la que la deficiencia de insulina hace que la sangre se vuelva demasiado ácida.

Este avance también podría beneficiar a los ensayos clínicos sobre medicamentos que parecen prometedores en la prevención de esta afección.

En la actualidad, el 40% de los niños a los que se les diagnostica diabetes de tipo 1 tienen la grave complicación de la cetoacidosis. Con este nuevo enfoque combinado para identificar qué bebés desarrollarán diabetes, se puede prevenir episodios graves en la salud de los pequeños.