El tiempo pandémico a veces parece ir más lento, sobre todo cuando no se vislumbra una salida rápida, un atajo. Muchos echan de menos la oficina, el espacio de trabajo. O quizá solo añoren el encontronazo con otros seres humanos, el pincho de tortilla del almuerzo o la vuelta a la manzana para estirar las piernas. Hay otros tantos que están encantados de estar en su casa teletrabajando, organizando sus días y sus rutinas y que solo se acuerdan de los viernes, cuando terminaban el viernes la jornada laboral y se iban a tomar algo. ¿No será la banda sonora lo que en realidad nos falta? Las voces, los ruidos de teclados y máquinas, el cerrar y abrir de puertas, el bullicio en la calle, los cláxones, las visitas.
Estemos más o menos a gusto en esta segunda oleada de la ‘nueva normalidad’, los que trabajan frente a una pantalla de ordenador tienen la ventaja de que pueden sentirse acompañados por una emisora de radio, una lista de canciones o el propio silencio. Y luego están los que no pueden vivir sin los típicos sonidos de la oficina. En marzo pasamos del soniquete monótono del puesto de trabajo al intimismo del hogar, a los niños, a la familia y a las voces enlatadas de las videollamadas. Y eso ha tenido un precio o una recompensa.
En septiembre, Tanya Basu, reportera de la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés), contó que a Stéphane Pigeon, ingeniero de sonido y creador de la web myNoise.net –sitio con cientos de ruidos a elegir para concentrarse en el trabajo– le pidieron que crease sonidos típicos de un ambiente de oficina. En principio no lo vio claro pero hoy son cientos de miles de teletrabajadores en el mundo los que usan su Calm Office: diez tonos que puedes combinar, ajustando el volumen, y que replican el sonido de teclados y ratones de ordenador, de compañeros charlando a tu espalda, del aparato del aire acondicionado, de la fotocopiadora o el escáner, o del reloj de la oficina, entre otros. Pensándolo bien, a lo mejor no está mal como fórmula para centrarse en alguna tarea que se nos atraganta. En las oficinas siempre hay personas que aporrean el teclado o que hablan más alto de lo recomendable y que al final se transforman en banda sonora imprescindible.
Más allá han ido los responsables de la agencia de publicidad Wunderman Thompson en Canadá. Han creado para sus trabajadores a distancia una lista de reproducción en SoundCloud con una duración de ocho horas donde se puede oír el sonido del ascensor, las notificaciones del correo electrónico o el ambiente del café de la mañana.
Todos convencidos de que lo mejor para concentrarse era una lista de música relajada –o marchosa, que para gustos, las canciones–, sonidos de la naturaleza o mantras budistas y resulta que no, que hay quien no puede teletrabajar sin los ruidos tradicionales de la oficina. Todavía los investigadores no han podido demostrar eso que llaman el ‘efecto Mozart’, los supuestos beneficios, en algunos casos terapéuticos, de escuchar piezas de Wolfgang Amadeus. Está claro que la música y los sonidos algo hacen en nuestro cerebro. Ahí está la música de ascensor, la de tienda de ropa barata, la de ver un atardecer o la de acicalarse para salir. Por no hablar de los supuestos orgasmos sensoriales que provocan los ASMR (Autonomous Sensory Meridian Response), y que no son más que experiencias muy gozosas al escuchar cómo alguien sorbe un helado, estruja un papel o dobla una toalla. Grosso modo.
El SARS-CoV-2 ha provocado un uso masivo de los dispositivos digitales caseros (smartphone, portátil, tableta, televisor…) y el consumo de música en plataformas digitales. Un dato, en julio de 2020, Spotify tenía 138 millones de suscriptores de pago y en total más de 300 millones de usuarios si contamos los que utilizan la versión gratuita. Pues bien, la plataforma sueco-estadounidense ha creado una playlist titulada Teletrabajo desde casa: Música para concentrarse en generar ingresos desde casa. Aquí no aparecen los artistas reproducidos millones de veces –en octubre ocupaban el podio Justin Bieber, The Weeknd y Drake– sino 20 temas de relajación que aportan tanta paz que puede que no tengas fuerza ni de encender el ordenador.
Pues nada, que cada uno se anime con los sonidos que más le inspiren y estimulen. Lo que no debes olvidar si trabajas en remoto es de desconectar. Es viernes.