Después de detectar y desmontar las noticias falsas con las que lidian a diario, los verificadores de información se enfrentan al reto, además, de difundir sus resultados para que alcancen tanta viralidad como los bulos que desmienten. Y no es fácil.
¿Cómo pueden asegurarse de que el contenido de calidad sea visible mientras evitan distraer al público con excesos de estímulos visuales, o peor, reforzar información incorrecta?
Es la pregunta que se han hecho tres verificadores internacionales, que tratan de buscar fórmulas que hagan sus informaciones tan atractivas como las falsas para captar el interés de la gente. El sitio argentino Chequeado, el británico Full Fact y el sudafricano Africa Check firman un estudio que incluye algunas recomendaciones al respecto, extraídas tras una investigación conjunta.
Empecemos por el principio. Los verificadores de datos e información son grupos periodísticos, a veces multidisciplinares, que luchan para desmentir las noticias falsas. Entre otras iniciativas, en España contamos con Maldita y Newtral, dos empresas periodísticas que centran sus esfuerzos en desmentir los bulos que circulan principalmente por redes sociales.
Las técnicas de verificación de información de estos grupos, muy conectados además con pares extranjeros, están bastante depuradas ya, a pesar de que es un trabajo sobre el que existe poca literatura científica. Los verificadores van construyendo métodos de trabajo y detección de ‘fakes’ a medida que se los van encontrando.
Sin embargo, hay algunos asuntos sobre los que seguir construyendo. Entre ellos, de qué manera hacer llegar los desmentidos al mayor número de gente posible para alcanzar niveles de viralidad similares a los que copan las noticias falsas.
El análisis de este grupo internacional concluye que para captar la atención de audiencias online, el medio por el que se viralizan principalmente estas informaciones falsas, es importante hacer buen uso de los recursos visuales. Publicaciones con imágenes son dos veces más atractivas que las noticias con vídeo y cuatro veces más que las informaciones que sólo incluyen texto.
Según el informe, además, un artículo claro, bien escrito y sin jerga sigue siendo la mejor manera de transmitir información. Y añade que pedirle al público que procese material atractivo pero innecesario puede generar una sobrecarga que disminuya la capacidad de procesar la información relevante. Además, recuerda que los elementos visuales son clave para despertar el interés del público pero con cuidado de no sobrecargar la información.
Así, Chequeado, Full Fact y Africa Check ofrecen una serie de recomendaciones prácticas para el día a día que han compartido en su informe:
Sobre textos escritos:
Usar la pirámide invertida: lo más relevante, al principio.
Los párrafos más cortos ordenados en una columna reciben más atención.
La disposición del texto contribuye a la cantidad de información que recordamos: conviene que haya espacios en blanco, puntos y aparte…
Las líneas cortas aumentan la velocidad y el placer de lectura.
Los desmentidos, cuanto más detallados, más eficaces son.
Sobre las imágenes:
Preguntarse siempre si la imagen refuerza el mensaje o el contenido incorrecto.
Las imágenes con un solo punto de interés, las emociones y las personas atraen más al público
Las imágenes más grandes se ven durante más tiempo