La simulación de espacios es mucho más que un juego. No se trata de imaginar una situación y pensar cómo actuar ante ella, es ya una realidad con la que experimentar y estudiar para complementar la educación.
Transmitir cómo es el mundo real, y situar a los estudiantes ante casos de emergencia, ayuda a desarrollar una alta capacidad de reacción y a enfrentarse de forma más segura a los problemas reales que pueden encontrarse en la vida laboral.
Los simuladores inmersivos nos sumergen en una nueva dimensión educativa.