Las facilidades que nos da un teléfono móvil provoca que nuestra mente cada vez sea más perezosa. La dependencia del GPS para ubicarnos, o saber que tenemos todos los teléfonos a golpe de clik, hace que no nos esforcemos en retener cómo llegar a una dirección o no nos sepamos los números del móvil de nuestros más allegados.

¿Qué estamos dispuestos a hacer por si nos quedamos sin móvil?

Sorprendente.