Normalmente, las ventas de motos han ido ligadas siempre a todo el mercado de la automoción. Cuando los coches caían, las motos se desplomaban. Ahora no es así. El mercado de motocicletas goza de buena salud.

La explicación hay que buscarla en las características de la moto. Los vehículos de dos ruedas siempre han tenido en contra su peligrosidad. Sin embargo, ahora, la moto tiene un plus de seguridad: es el medio ideal contra el virus.

También la bicicleta, que ha disparado sus ventas, es un gran medio de ocio y de transporte, ventilado y unipersonal. Pero evidentemente tiene un rango de distancia limitado y también la vestimenta de trabajo y el parking reducen su uso como alternativa al coche.

En el caso de las motos, todo son vientos favorables, nunca mejor dicho. En un momento en el que ha quedado claro que el contagio del virus se basa principalmente en los aerosoles, no existe un medio más ventilado. Y además la moto permite aparcar en la puerta y reducir los trayectos a pie hasta el lugar de destino.

Aunque la moto no ha dejado de ser un vehículo vulnerable y encabeza las estadísticas de siniestralidad junto a la bicicleta y a los peatones, la coyuntura actual la ha convertido en el medio más seguro de transporte desde el punto de vista del virus. Es un medio casi individual, en el que si van dos no dejan de ir ventilados y con el casco que ejerce en parte de mascarilla, y llega de puerta a puerta.

Es la hora de las motos. Pero con prudencia. En las motocicletas, no hay escudo protector en caso de accidente. La única manera de evitar el accidente es la prudencia y la experiencia.