Mariba con su pareja por una carretera en mal estado, cuando la rueda se salió de la calzada y dieron vueltas de campana. Su mujer salió ilesa, pero Mar se partió el cuello y perdió la movilidad del cuerpo. La tuvieron que sedar durante 15 días y permaneció en cama más de un mes.
"Lo que daría por mover los brazos y poder abrazar a mi mujer". El día del accidente debían haber acabado muertas, pero, contra todo pronóstico, las dos están vivas. "Esto para mí ha sido una oportunidad para mejorar".
Mar sabe que va a depender de alguien para siempre, pero tiene una ilusión grande por seguir con la vida, por ver el mundo y seguir trabajando como profesora de secundaria.
Seilatuvo un accidente de tráfico en el que el coche le dio vueltas de campana y perdió al mayor de sus dos hijos. Lo único que recuerda después es estar en el hospital, donde permaneció dos meses en cama. "Para mí, subir a la silla fue un alivio, porque psicológicamente me estaba muriendo ahí".
Sin embargo, ha encontrado razones para seguir adelante por ella misma, las suficientes para decir "merece la pena todo el esfuerzo que estoy haciendo". Cambiaría todo lo que le ha pasado por que volviera su hijo, pero "mi tranquilidad es que él ha sido feliz hasta que se ha marchado".
Ahora, Seila quiere sentirse lo más útil posible trabajando, cocinando, duchándose, yendo a comprar... en definitiva, lo necesario para sentirse lo más realizada y lo más ella misma posible.
Mar y Seila son dos de las diez víctimas a las que se destina la recaudación íntegra de la Carrera Ponle Freno, que celebramos el próximo 21 de noviembre en Madrid y los días 20 y 21 en la modalidad virtual.
El difícil relato de Héctor, José Luis, Ángel, Antonio, Deiby, Mar, Seila, Jesús Damian, Miguely Jairo, diez historias que se han convertido en el altavoz de las personas que han visto su vida truncada por un accidente, pero también en un mensaje de la esperanza: el de la lucha para continuar y seguir adelante.