La lluvia es un serio condicionante para la seguridad por lo que su presencia afecta, tanto a la adherencia del coche como a la visibilidad. Pero está en nuestra mano minimizar los riesgos en esas condiciones. Cuando conducimos en mojado debemos plantear una conducción lo más suave posible, aumentar la distancia de seguridad por el incremento de la distancia de detención en caso de frenada de emergencia y ser especialmente cuidadosos en curva frenando lo necesario en la parte recta antes del viraje.

Sin contar el tiempo de reacción del conductor, a 80 km/h un automóvil, equipado con ABS, frena entre 22 y 25 m. en asfalto seco. Sin embargo, con asfalto mojado, esta distancia puede aumentar entre un 20% y un 40% en función del tipo de asfalto, el estado de los neumáticos y la cantidad de agua, es decir la distancia se puede ir hasta los 35 m. Esto debemos tenerlo en cuenta a la hora de valorar la distancia de seguridad, que lógicamente tendremos que aumentar.

En curva hay que frenar antes y ser muy suave con volante y pedales para que las transiciones de aceleración, frenada y cambios de apoyo sean progresivos y no provoquen perdidas de adherencia. Los movimientos bruscos desestabilizan el coche con facilidad en agua. Los movimientos suaves permiten a los neumáticos gestionar con eficacia la adherencia. Frenar en recto y acelerar en recto debe ser una prioridad al entrar y salir de una curva.

Una lluvia intensa reduce significativamente la visibilidad. Para asegurarnos de ser vistos es imperativo encender las luces del coche, siempre con la de cruce (circular con las luces de posición no está permitido) y en casos de reducción drástica de la visibilidad conectar la luz trasera antiniebla. Conviene saber que el antiniebla es más necesario de día que de noche. De día hay menos contraste con lo que es más necesaria la luz de niebla para ser vistos son la debida antelación.

Aquaplaning
Cuando la cantidad de agua que hay en el asfalto es tal que el neumático no puede evacuarla el coche flota sobre el agua y pierde el contacto con la carretera. Este fenómeno se conoce como aquaplaning. Hay que tener en cuenta que cuanto más ancho sea el neumático menor resistencia al aquaplanning tendrá, así que ojo con poner ruedas más anchas de las que trae el coche de serie.

También hemos de saber que la pérdida de resistencia al aquaplanning es exponencial al desgaste. Es decir cuando el neumático está gastado al 50% ha perdido un 75% de efectividad a ese fenómeno. La manera de actuar es sujetar el volante con firmeza y evitar cambios bruscos de apoyo como frenar o acelerar fuerte para evitar que el coche pueda desestabilizarse.