Al igual que cuando lleváis otro tipo de vehículo, antes de “arrancar” la bicicleta es recomendable que planifiquéis vuestra ruta y reviséis las presiones de los neumáticos, el estado de las luces y comprobéis que el freno trasero y el delantero funcionan correctamente.

No debéis olvidaros de poneros el casco. Aunque por ley no es obligatorio su uso en ciudad, recomendamos que os lo pongáis y lo ajustéis correcta y firmemente.  Es por vuestra seguridad.

La vestimenta de un ciclista es muy importante.  El objetivo de la ropa, además de la comodidad, es la visibilidad.  Si lleváis algo reflectante  los conductores os verán mejor.

Siempre que sea posible, os recomendamos que uséis los carriles reservados a las bicicletas. Cuando paséis cerca de un coche parado intentad que os separe 1,5 metros.

Si circuláis por zonas con mucho tráfico o pasos de peatones, hacedlo con un dedo colocado en la maneta del freno, así acortaréis el tiempo de reacción ante una frenada de emergencia.

Antes de pasar por una intersección, mirad hacia ambos lados y, al igual que el resto de usuarios de la vía, respetad las señales y semáforos. Si vais a girar, es recomendable que lo señalicéis con vuestro brazo izquierdo o nuestro brazo derecho, según la dirección que decidáis tomar.

Recordad que en ciudad, si vais montados en la bicicleta,  no podéis circular por la acera y cruzar los pasos de peatones, a no ser que vayáis andando con ella en la mano.