En España, más de 450.000 conductores tienen menos de un año de experiencia al volante. La falta de rodaje provoca inseguridades, despistes y, en muchos casos, comportamientos de riesgo que ponen en juego la seguridad propia y la de los demás. Detectarlos a tiempo y corregirlos es clave para ganar confianza y conducir de manera más segura.
1. Manejo del volante
Uno de los fallos más frecuentes es no sujetar bien el volante o moverlo con poca soltura. Esto dificulta maniobras como giros, estacionamientos o cambios de sentido, y aumenta el riesgo de perder el control en situaciones que exigen rapidez y precisión.
2. Falta de anticipación
Mirar solo lo que ocurre justo delante del coche es un error. No anticipar la circulación impide reaccionar a tiempo ante frenadas, incorporaciones o pasos de peatones. Observar más allá de los dos vehículos inmediatos es una de las claves de la conducción defensiva.
3. Exceso de confianza
Tras los primeros meses sin incidentes, algunos noveles se sienten invulnerables. Esta falsa seguridad puede llevar a asumir riesgos innecesarios o a incumplir normas básicas, sobre todo en quienes ya conducían ciclomotores antes de obtener el carné.
4. Indecisión en maniobras
Incorporaciones, adelantamientos o giros en vías saturadas pueden generar dudas. Retrasar la decisión o ejecutarla mal compromete la seguridad, especialmente cuando otros vehículos circulan a gran velocidad.
5. Velocidad inadecuada
No siempre se trata de exceso de velocidad: también es peligroso circular demasiado despacio o no adaptar la marcha a la situación de la vía. Ajustar la velocidad y elegir correctamente la relación de marchas es esencial para una conducción segura y eficiente.
6. No guardar la distancia de seguridad
Es uno de los errores más peligrosos, tanto en noveles como en veteranos. Conducir demasiado cerca del vehículo de delante impide reaccionar ante una frenada brusca y puede acabar en un grave accidente por alcance.
7. Distracciones al volante
El móvil sigue siendo la mayor fuente de distracciones, pero no la única. Ajustar mandos, mirar la radio o mantener conversaciones con pasajeros puede restar atención al tráfico, especialmente cuando la conducción aún no está automatizada.
8. Incumplir normas básicas
Algunos hábitos incorrectos se repiten: circular por el carril central en vías de tres carriles, salir mal de una rotonda o no detenerse del todo en los stop. Son infracciones frecuentes que ponen en riesgo la seguridad de todos.
9. Desconocer el vehículo
Un error común es no familiarizarse con el coche: dónde están los mandos, cómo funcionan las ayudas electrónicas o cómo activar las luces y limpiaparabrisas en caso de necesidad. La falta de práctica con un vehículo nuevo o de alquiler también puede generar dudas.
10. Problemas en aparcamientos y rampas
Estacionar y arrancar en pendiente suelen ser las maniobras más temidas por los noveles. La presión de otros conductores puede aumentar los nervios, pero la destreza se gana con práctica y paciencia.
Con el tiempo, muchos de estos errores desaparecen, pero algunos persisten incluso en conductores con años de experiencia. Recordarlos ayuda a corregir malos hábitos y a recordar que la seguridad en la carretera depende de cada decisión al volante.
En definitiva, conducir con prudencia, atención y respeto a las normas es el mejor antídoto contra los errores de principiante y la garantía de que la experiencia se convierta en confianza bien entendida.