Los efectos del alcohol ponen en riesgo la conducción, dado que es una sustancia psicoactiva que altera las funciones psicomotoras y perceptivas. Esto puede variar según el peso, el sexo o la edad pero tiene efectos igual.
Se trata de uno de los mayores factores de riesgo para la seguridad vial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de accidente es significativamente mayor. El alcohol está presente en uno de cada tres siniestros.
En España, los accidentes en los que está involucrado es alcohol son cada vez más. En 2022, se registraron 4.283 siniestros con alcohol (20% más que en 2018), con 312 personas fallecidas (+5%) y 518 heridas graves (+10%). El 58% de los accidentes en los que hay fallecidos ocurren en las salidas de vía y el 17% son colisiones frontales. El 92% de los conductores son hombres y de los motoristas implicados en accidentes, el 30% estaba alcoholizado, según datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT.
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) muestra un aumento significativo de alcohol en los resultados de las autopsias de siniestros viales durante los últimos seis años. Uno de cada tres conductores fallecidos en accidentes viales en 2023 tenía alcohol en el cuerpo.
Con estos datos, la DGT ha planteado rebajar la tasa máxima de alcoholemia de 0,5 grados por litro en sangre a 0,2g/l, como medida para lograr cambios significativos. Esta medida se ha visto en países como Noruega.
En 2023, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) llevó a cabo 6,7 millones de test de alcoholemia y el 1,17% dio positivo, un porcentaje levemente inferior al de 2022.
Las sanciones por alcoholemia han aumentado, en 2022 se impusieron 121.000 sanciones y 4.000 conductores tuvieron más de una por alcohol. La Fiscalía General del Estado ha expresado que "Desde hace años, más de un 90% del volumen de las acusaciones y condenas son por delitos contra la seguridad vial por conducir bajo la influencia del alcohol y de las drogas".
El Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas y la DGT están trabajando para elaborar un programa para el tratamiento y reeducación de los conductores que han tenido más de una infracción por alcohol y/o drogas. Con esto, se pretende evaluar si existe adicción y, en ese caso, quitar el permiso de conducir.