Aunque con matices, algunos expertos creen que sí, especialmente tras constatar que el aumento tanto de muertes como de accidente mortales se viene atisbando desde el año pasado, en el que hubo incrementos en los meses de enero, febrero, mayo, julio o septiembre, si bien 2015 (con datos aún provisionales) se cerró con seis fallecidos menos que 2014. 

Desde Tráfico explican que no se pueden obviar las circunstancias concretas de la siniestralidad para analizar la situación. 

Por ejemplo, el hecho de que la Semana Santa, el periodo del año con más viajes -14,2 millones-, haya caído este año en marzo y no en abril, por lo que la comparativa trimestral no es equiparable.

Precisamente, estas vacaciones, con 41 fallecidos -siete más que en 2015- han estado marcadas por el accidente del autobús en la AP-7 en el que perdieron la vida 13 jóvenes, un siniestro que ha hecho de esta Semana Santa una de las más trágicas de los últimos años.

A este factor, la DGT suma otros indicadores no tan puntuales para explicar el aumento de la siniestralidad como el incremento de la movilidad en los últimos meses o la subida de las víctimas mortales que viajan en coches antiguos. 

Como muestra, en febrero se produjeron 26,6 millones de viajes, un 9,3 por ciento más que el mismo mes de 2015 y en lo que va de 2016 ha habido 81,7 millones de desplazamientos, cuatro millones más que en el primer trimestre del año pasado. 

Sobre el envejecimiento del parque automovilístico, Tráfico señala que "evidentemente un vehículo viejo no cuenta con los equipamientos actuales que mitigan las consecuencias de un siniestro", algo con lo que coincide el director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, que apuesta por incentivar los planes Renove para la compra de coches menos contaminantes y más seguros. 

Y es que los vehículos de más de diez años están involucrados en la mitad de los accidentes mortales, lo que incide directamente en la probabilidad de fallecer, sostiene Santa Cecilia que, sin embargo, no ve con preocupación un repunte en la siniestralidad. Tampoco desde Mapfre hablan de cambio de tendencia, sino de "estancamiento". 

A falta de cerrarse el balance de 2015 con datos definitivos, estaríamos ante un descenso del 0,5 por ciento de víctimas, con cifras similares a los dos años anteriores de alrededor de 1.680 víctimas. 
Poco optimistas con el presente y futuro de la siniestralidad se muestran las asociaciones de víctimas Stop Accidentes y Día y la Asociación Europea de Automovilistas (AEA) que califican de "muy negativa la evolución", pues en más de la mitad de las comunidades autónomas han subido las víctimas. 

Las razones, en palabras de su presidente, Mario Arnaldo, son coches viejos, falta de inversión en las infraestructuras y un déficit del alumbrado en las carreteras, pues la mayoría de los siniestros se producen al anochecer o ya de noche. 

A los políticos se dirigen las víctimas de accidentes para criticar que la seguridad vial debería volver a ser una prioridad política en la que las palabras "concienciación, prevención, educación y sanción", dice la presidenta de Stop Accidentes, Ana Novella. "Hemos estado viviendo de las rentas, de las políticas que han dado resultado, de la inercia del carné por puntos y de la concienciación conseguida entre los conductores. 

Ahora se está demostrando que la DGT no tiene capacidad política para emprender medidas porque el Ministerio del Interior está en otra cosa", denuncia Francisco Canes, presidente de DIA. Pese a todo, Tráfico insiste. España se sitúa entre los países de la UE con menos accidentes mortales de tráfico, con 36 por cada millón de habitantes, por debajo de Alemania, con una tasa de 43 fallecidos, Francia (54), Italia (56), Portugal (60) o Bélgica (67).