Los puntos ciegos de un vehículo son aquellos en los que el conductor no puede ver el resto de automóviles que circulan por la carretera. Además, no siempre los puntos ciegos dependen de los espejos retrovisores, sino que la propia carrocería del coche puede hacer que haya ángulos con poca visibilidad.

Para evitar estas situaciones, el principal consejo es mirar varias veces antes de hacer cualquier maniobra, lo que te ayudará a saber de si hay otro vehículo donde, por un momento, no pudiste ver.

Señalizar los giros también va a contribuir a la hora de evitar accidentes, ya que si no somos capaces de ver a otro coche, al menos con esto él sí nos verá y sabrá nuestras intenciones.

No obstante, antes de hacer algún trayecto, debes asegurarte de que los espejos están limpios y sin defectos que puedan afectar a la visión.

Además, existen gran cantidad de antipuntos ciegos que son un buen equipamiento para los conductores, como sensores que alertan de forma visual y sonora de si existe un vehículo en paralelo cuando vamos a iniciar una maniobra. Estos elementos también nos pueden ayudar a aparcar o a conducir por vías estrechas.

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