Las restricciones para la circulación, impuestas con motivo del estado de alarma, afectan, no solo a vehículos terrestres, sino también a los aéreos. De esta forma, se han reducido los vuelos en avión; con distintas consecuencias para el medio.
Esto ha supuesto que en algunos ámbitos se barajase la posibilidad de mezclar combustible de aviación con diésel de transporte por carretera. Una intención que ha contado con la posición en contra de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA).
Esta organización declara que llevar a cabo la mezcla supondría un perjuicio para los vehículos, debido a que el combustible para aviones contiene una mayor proporción de azufre. Lo que supondría una situación que no está contemplada por la garantía de los vehículos, y que, por tanto, deberían asumir los propios conductores.
Por otro lado, en cambio, la ACEA se posiciona a favor de la opción que ya se está analizando en determinados países, de permitir vender gasolina de tipo invernal en fechas posteriores al 1 de mayo, debido al stock que se haya podido acumular durante la cuarentena.
Este tipo de combustible deja de venderse a principios de este mes en algunos países cálidos, mientras que en el resto de estados el cambio se produce en junio. De esta forma, se garantiza el correcto funcionamiento de los transportes, debido a que, dependiendo de si se trata de temperaturas más elevadas o más bajas, la gasolina debe mezclarse en distintas proporciones con el resto de sus componentes.
No obstante, desde esta asociación recuerdan que, si se lleva a cabo esta opción de aplazar la fecha de cambio del tipo de combustible, ni fabricantes ni usuarios deberían ser responsables si los vehículos comienzan a experimentar algunos problemas operativos.