Vargas ha destacado que durante los últimos meses se ha registrado un aumento de los delitos llevados a cabo por conductores temerarios que "no dudaban en conducir a más de 200 kilómetros por hora en vías interurbanas". Así, las infracciones por exceso de velocidad han pasado de 889 en 2019 a 1.562 en 2020, a pesar de la pandemia y la reducción de la circulación de coches del año pasado, según destaca el documento.

Bartolomé Vargas considera que es necesario que los agentes aumenten los controles de alcohol y drogas, que se han visto reducidos durante el estado de alarma para reducir el riesgo de transmisión de la Covid-19.

El fiscal jefe de Tráfico defiende que se aplique el Código Penal en las conducciones temerarias y aquellas que se producen bajo los efectos de sustancias tóxicas. En este sentido, demanda a los agentes que eleven estos casos a los juzgados e insta a que se levanten atestados y se tramiten como delito, y no solo terminen como una sanción de 1.000 euros y la retracción de seis puntos del carnet de conducir.

Bartolomé también ha querido destacar que, en proporción a la circulación de vehículos de los últimos años, durante la pandemia y ahora, tras el fin del estado de alarma, se está produciendo "una curva ascendente de fallecidos" en accidentes de tráfico. "Entre el 1 de enero y el 14 de marzo de 2020 hubo 201 fallecidos en vías interurbanas, frente a los 186 registrados en el mismo periodo del año anterior. Durante el primer estado de alarma, entre el 15 de marzo y el 20 de junio de 2020, se produjeron 117 fallecidos, frente a los 287 acaecidos en el mismo tramo de 2019, si bien durante el confinamiento el flujo circulatorio descendió casi un 70%".

En mayo y junio de 2021, tras el levantamiento del último estado de alarma, la DGT ha observado un aumento de fallecidos en relación con el mismo periodo de 2019.

Bartolomé Vargas asegura que la actividad de los fiscales delegados de tráfico está siendo profusa.