El Gobierno ha aprobado el proyecto de reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial. La reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial es el paso previo para la aprobación posterior del Reglamento, por lo que éste no entrará en vigor antes de que acabe el año.
En rueda de prensa al término del Consejo de Ministros, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha explicado que bastará que se cometa una infracción para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puedan someter a los peatones a los test de detección de drogas, mediante la prueba de saliva, y de alcohol.
Asimismo, la reforma supondrá una subida de la cuantía de la multa por exceso de alcohol en conducotres, mientras que las tasas máximas de alcohol permitidas no sufrirán variación, ni tampoco los puntos que se detraen del carné en caso de ser multado por dar positivo en la prueba de alcoholemia.
De este modo, la tasa máxima permitida para los conductores en general seguirá siendo de 0,25 miligramos de alcohol por litro en aire expirado, que desciende a los 0,15 para los conductores noveles y para los de transportes de mercancías o de vehículos especiales.
Otro de los aspectos que se regulan en la reforma de la Ley es la obligatoriedad del uso del casco para los menores que circulen en bici, tanto en ciudad como en vías interurbanas. Precisamente, la polémica suscitada en torno al uso obligatorio o no del casco en ciudad para el resto de los ciclistas ha obligado al Congreso a abrir un debate con expertos para tomar una decisión antes de que se apruebe el Reglamento de Conductores.
La reforma también prevé la prohibición de los detectores de radar, que llevará aparejada una multa de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné.
El proyecto de reforma regula también "la conducción con presencia de drogas en el cuerpo" que es diferente a conducir bajo los efectos del consumo de drogas, ha recordado el ministro, la cual ya está regulada con una sanción administrativa y otra penal.
En este sentido, Fernández Díaz ha destacado la tolerancia cero que se aplicará en relación a las drogas, sin la presencia de cuadros como sucede con el alcohol.
Además, el texto regula los sistemas de retención infantil, que pasa de un sistema de edad a uno de talla.
Por último, un anexo incluirá el futuro Reglamento con los nuevos límites de velocidad, toda vez que la pretensión de la Dirección General de Tráfico es aumentar el máximo a 130 kilómetros por hora en determinados tramos y condiciones de autovías y autopistas y rebajarlo en las carreteras convencionales e, incluso, en algunas calles de las ciudades.