Marlaska ha comentado los planes de su departamento tras una reunión en la sede del Ministerio con las asociaciones de víctimas de accidente de tráfico, a quienes ha garantizado toda la colaboración para luchar contra la que ha denominado "violencia vial".
En el día en el que se ha conocido la muerte de una mujer que fue atropellada por un camión cuando circulaba en patinete eléctrico en Sabadell, el titular de Interior ha señalado que la Ley de seguridad vial da las pautas para actuar tras este tipo de accidentes y será la justicia quien deberá determinar el grado de imprudencia del conductor que cometió el atropello.
Otra cosa es, ha añadido, la necesidad de modificar el reglamento de circulación para tener en cuenta a esos nuevos vehículos que proliferan en las ciudades, iniciativa que ya avanzó hace unos días el director general de Tráfico, Pere Navarro, presente también en la reunión con las víctimas.
Marlaska ha pedido no olvidar que los conductores de patinetes y bicicletas pueden convertirse también en "victimarios", causando daños serios a terceras personas, como los peatones, y ha planteado la necesidad de que la ley tenga que exigir un seguro, "una garantía de que la víctima de cualquier tipo de siniestro causado por estos vehículos también quede perfectamente cubierta".
Además, el ministro de Interior ha expuesto a las asociaciones de víctimas las medidas previstas para mejorar la seguridad vial, desde la reducción de la velocidad en las carreteras convencionales, donde se concentra la mayor parte de los siniestros, a la actualización del carné por puntos, para castigar con más fuerzas las distracciones por el uso del móvil.
Su objetivo es dar también un impulso a la formación de los futuros conductores, con la idea de que "los cursos 'online', no presenciales, quizá no sean suficientes y adecuados".
Las asociaciones de víctimas le ha instado también a revisar el Código Penal y revertir la reforma aprobada en 2015 por la que muchas conductas quedaron despenalizadas, y Marlaska se ha comprometido a estudiar el asunto en profundidad y con seriedad.
Las víctimas ha pedido también que se aumente la plantilla de la Guardia Civil de Tráfico y el número de radares y plantean que cuando se apruebe la reducción de la velocidad en las carreteras convencionales los camiones y autobuses tengan como los coches el límite de los 90 kilómetros hora, para evitar los accidentes en los adelantamientos.
El ministro ha reconocido su preocupación por el aumento de víctimas mortales en las carreteras en los últimos cuatro años y ha alertado de que quizá éste puede ser el primer año en el que las víctimas más vulnerables, como peatones o ciclistas, superen a las de los ocupantes de vehículos.
Y se ha comprometido a trabajar en cooperación con las asociaciones para hacer retroceder esas cifras: "muchos ciudadanos que hemos tenido la suerte de no ser víctimas de la violencia vial no somos conscientes, somos, diría incluso, ignorantes, analfabetos, de lo que es una víctima".