En los años 60 la ciudad se extendió de forma considerable y también aumentó el tráfico. En 1972, la compañía independiente 'British Transport Research Laboratory' propuso incorporar dos rotondas existentes a una mayor y añadir cinco más reducidas.

La Rotonda Mágica de Swindon cuenta con 80 metros de diámetro y está formada por cinco pequeñas rotondas dentro de la principal.

En las cinco minirotondas el tráfico va en el sentido de las agujas del reloj, mientras que en la principal los coches circulan en el sentido contrario a las agujas del reloj. Los ingleses circulan en el sentido de las agujas del reloj.

Aunque parece algo caótico y desordenado, esta forma de distribuir el tráfico hizo posible aumentar el flujo de los vehículos que atraviesan la intersección de una forma más rápida y con menos colisiones.