A partir del 1 de enero de 2025, los fabricantes de automóviles en Europa deberán cumplir con nuevas normativas para reducir las emisiones de CO2. La Unión Europea (UE) ha establecido que las emisiones medias por kilómetro de todos los modelos vendidos por un grupo automovilístico no deben superar los 93,6 gramos de CO2 por kilómetro. Esto supone una reducción del 15% respecto al límite que había hasta el 31 de diciembre de 2024, de 116 gramos.
Las marcas que no cumplan con estos objetivos serán sancionadas con multas de 95 euros por cada gramo de CO₂ que excedan el límite, multiplicado por el número de vehículos vendidos. En 2021, cuando se implementó el límite actual, casi todas las marcas cumplieron con el objetivo, pero aun así enfrentaron multas colectivas de 550 millones de euros.
Con esta medida se busca disminuir la huella de carbono del transporte y acelerar la electrificación del mercado, de tal forma que en el período de 2020 a 2024 el límite sea de 116 g/km de CO2, de 2025 a 2029 sea de 93,6 g/km de CO2, y de 2030 a 2035 límite será de 49,5 g/km de CO2 para turismos y furgonetas.
A partir del 1 de enero de 2035, se prohibirá la venta de coches y furgonetas que emitan dióxido de carbono.
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha expresado preocupaciones de cara a alcanzar estos objetivos, debido a la falta de infraestructuras de recarga, incentivos fiscales insuficientes y una aceptación limitada por parte de los consumidores.
En este sentido, la revisión de la regulación de CO2 es crucial para ver el progreso y el efecto que tienen estas medidas, por eso en la UE pretenden hacer revisiones en 2026 y 2027.
Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro de Italia, ha señalado que "esta ambiciosa transición no puede ser realizada por la industria sola en ningún lugar del mundo, y menos aún en ausencia de medidas políticas coherentes para mantener la competitividad del sector del automóvil y facilitar la adopción de vehículos de cero emisiones en la UE".
Por otra parte, esta medida podría afectar a la economía individual de los conductores. Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (ANFAC) han explicado que "todo dependerá de si se pagan las multas o no. Lo importante es que crezcan y se aceleren las ventas de coches eléctricos. Se calcula que Europa debería acabar en torno al 22% de cuota de eléctricos en 2025 para evitar las multas y estamos en torno al 14-15% y vemos que en los últimos años no hemos crecido un 7% en un solo año".