El ayuntamiento de la capital ha aprobado este viernes la nueva ordenanza de movilidad sostenible que reduce la velocidad a 30 kilómetros por hora en las calles de un solo carril o un carril por sentido, lo que supone el 85 % de las vías de la ciudad. Esta medida entrará en vigor en una semana.

La normativa, aprobada en el pleno municipal, "despeja" además la acera de vehículos que impidan el paso de los peatones con limitaciones tanto al aparcamiento de motos y bicis como a la circulación por las aceras de patines, patinetes o monopatines, que no podrán superar el ritmo de los viandantes, fijado en 5 kilómetros por hora.

La ordenanza incluye también las restricciones de Madrid Central, el gran área que desde el próximo 23 de noviembre impedirá que los no residentes accedan al centro de la ciudad en su coche particular, salvo los coches Eco y Cero Emisiones, los que accedan a aparcamientos y de personas con movilidad reducida, entre otros casos.

La velocidad máxima de 30 kilómetros por hora en las calles de un carril por sentido o de un solo carril entrará en vigor de forma automática tras la publicación en el BOCM, en un plazo aproximado de una semana, pero el Ayuntamiento solo instalará señales para advertirlo en algunos casos.

Solo habrá señales en puntos concretos "en los que desde el punto de vista de la seguridad vial, de los conductores se entienda necesario", según ha explicado el director general de Movilidad, Francisco José López Carmona.

El "calmado del tráfico" incluye también calles a 20 kilómetros por hora, las de plataforma única donde acera y calzada están a la misma altura

La ordenanza permitirá que los patinetes circulen por casi toda la ciudad a excepción de ciclocalles, los carriles de grandes avenidas donde conviven a 30 kilómetros por hora bicis y coches, una limitación que se revisará en el plazo de un año.

Además, la ordenanza tiene como prioridad "proteger al más débil": los peatones y, entre ellos, los que más dificultades tienen: mayores, niños y personas con movilidad reducida.

Así, se busca mejorar la convivencia en las aceras; patines, patinetes, bicicletas y monopatines solo podrán ir a velocidad de peatón, fijada en 5 kilómetros por hora, y circularán además por carriles bici.

En el caso de los eléctricos no se podrán usar independientemente de a qué velocidad se vaya, es decir se puede ir arrastrando un patinete eléctrico o una bici con motor pero no ir montado encima.

Se garantiza que motos y bicicletas aparcadas no interrumpan el paso a los peatones pues deberán dejar un ancho libre de al menos 3 metros, en el centro las motocicletas no podrán aparcar en aceras si hay banda de aparcamiento, una limitación que se extenderá al resto de la ciudad a medida que se creen zonas reservadas a motos.

Respecto a los sistemas de bicicleta o patinete compartido, tendrán que solicitar autorizaciones para su implantación y salen del vacío legal en el que se encontraban hasta ahora.

La ordenanza permite desarrollar a posteriori aspectos como el reglamento de las Zonas de Aparcamiento Vecinal (ZAV), es decir la posibilidad de poner parquímetros a no residentes fuera de la M-30 donde hay barrios "saturados" por ser "frontera" con el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER).