El informe, publicado por la OMS, recoge las últimas cifras completas del año 2016 y destaca que los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en niños y jóvenes de entre 5 y 29 años, también señala que un 26 % de los fallecidos mundiales son peatones y ciclistas.

El director del área de Enfermedades No Transmisibles, Discapacidad y Violencia de la OMS, Etienne Krug, ha dicho que, al ritmo actual, 20 millones de personas morirán y 1.000 millones resultarán heridas en accidentes de tráfico en las próximas dos décadas, a menos que se tomen medidas realmente eficaces para prevenirlos.

En rueda de prensa, el experto ha explicado que los principales factores de accidentes son los comportamientos irresponsables de conductores y pasajeros, la utilización de teléfonos móviles, el estado técnico de los vehículos y la calidad de las infraestructuras y señalizaciones viales.

Como aspecto algo positivo, el informe destaca que se ha estabilizado el número de fallecimientos per cápita, un indicador que en anteriores informes fue en aumento y que indicaría que los países de ingresos medios y altos han mejorado las medidas de prevención.

Eso se ha traducido en más legislación para combatir la conducción bajo los efectos del alcohol y el exceso de velocidad, mejores infraestructuras, tales como carriles para ciclistas y motociclistas, y campañas para fomentar u obligar el uso de cinturones de seguridad, cascos y sillas especiales para niños.

Estas medidas, según destaca el documento de la OMS, han contribuido a una reducción en el número de muertos en 48 países de ingresos medios o altos, aunque por contra ningún país de ingresos bajos ha conseguido reducir este indicador, en parte, por la ausencia de campañas de este tipo.

De ahí que, por ejemplo, el riesgo de morir en accidente de tráfico en África, la región con peores tasas de siniestralidad, sea tres veces mayor (26,6 muertes por 100.000 habitantes) que en Europa, la zona con mejores números relativos (9,3 por 100.000).

Preguntado por el impacto que tendrá la masificación del uso de bicicletas eléctricas, de patinetes eléctricos y otros dispositivos similares, Krug ha dicho que dependerá de cómo son utilizados y de la regulación que se les aplica.

"Cuanto más desregulado esté su uso más peligrosos serán", ha sostenido, aunque todavía no existen datos globales suficientes para emitir un juicio de valor definitivo sobre el riesgo que pueden suponer para vehículos y peatones.