El envejecimiento del parque de dos ruedas es incluso mayor que el de los coches, con una media de 17 años frente a casi 15 en los turismos, de acuerdo con cifras de la patronal Anesdor. En total, más de 2,1 millones de motos y ciclomotores superan ese umbral de antigüedad dentro de un parque que sobrepasa los 4,3 millones de unidades.

Para Velca, esta situación evidencia la necesidad de un plan de renovación que retire de circulación los modelos más contaminantes y fomente la adopción de vehículos eléctricos de cero emisiones.

Ayudas actuales poco atractivas

El Plan Moves III contempla incentivos de hasta 1.100 euros para la compra de una moto eléctrica, que pueden llegar a 1.300 euros si se entrega un vehículo antiguo para achatarrar. Sin embargo, la diferencia de apenas 200 euros entre ambas opciones limita, según Velca, la percepción de beneficio para el usuario.

Además, este plan no incluye a los ciclomotores eléctricos, a pesar de que son vehículos especialmente adecuados para la movilidad urbana: ligeros, duraderos, seguros, cómodos para distancias cortas y con la velocidad idónea para desplazarse de forma ágil por ciudad y alrededores.

Movilidad más limpia y segura

Velca defiende un sistema de ayudas que premie exclusivamente la compra de motos y ciclomotores eléctricos nuevos, libres de emisiones y equipados con tecnología avanzada de seguridad. Esta propuesta pretende acelerar la renovación del parque y avanzar hacia un modelo de movilidad más sostenible.

El consejero delegado de Velca, Emilio Froján, subraya que “tenemos que incentivar el paso para que achatarren y compren una moto nueva, y aprovechar ese cambio para entrar en la movilidad eléctrica, que es más sencilla que en coche”.