La finalización de la campaña más reciente de la Dirección General de Tráfico ha dejado más de 1.400 multas. Sin embargo, en su inmensa mayoría, se trata de sanciones por infracciones de carácter administrativo.

Desde el lunes 10 de febrero, Tráfico ha llevado a cabo un dispositivo que buscaba garantizar la seguridad de los más pequeños. Una operación centrada en los autobuses y autocares infantiles que ha llevado a los agentes a analizar más de 3.300 de estos vehículos.

Pese a que alrededor de 1.000 de estos transportes han sido sancionados por no disponer de la autorización especial para trasladar a escolares, la noticia positiva se encuentra en que, en los análisis llevados a cabo, no se ha detectado ningún tipo de sustancia estupefaciente ni alcohol.

Por otra parte, algo más de 100 autobuses escolares contaban con deficiencias en las puertas de acceso y de emergencia, mientras que tan solo 12 han sido sancionados por no contar con la ITV en regla. A esto se le suma la denuncia de 12 conductores por no respetar la normativa sobre exceso de tiempo de conducción y falta de descansos, y la sanción a 22 más, por no contar con un encargado del cuidado de los menores a bordo.

Por último, las multas referentes al mal estado de los cinturones de seguridad para pasajeros en los vehículos acondicionados, no sobrepasan las 20 sanciones en total.