En un estudio con ratones, los investigadores descubrieron una forma creativa de evitar los problemas causados por una enzima defectuosa. En concreto, utilizaron una molécula pequeña para cambiar la función de otra enzima de manera que imitara y compensara la función de la enzima errónea.

Las enzimas son partes altamente especializadas de la maquinaria celular encargadas de reunir a las moléculas para que sea más fácil que se produzcan las reacciones químicas. Algunas veces las enzimas son defectuosas y funcionan mal, lo que puede provocar la enfermedad.

Los investigadores encontraron que una molécula pequeña podría convertir una enzima de ser ineficaz en metabolizar el acetaldehído derivado del alcohol a ser muy eficaz en el proceso. Aunque esta molécula, Alda-89, no es adecuada para su uso en seres humanos debido a su toxicidad, el uso de esta enzima es una nueva ruta prometedora para el descubrimiento de nuevos fármacos.

Cuando la mayoría de las personas y los animales consumen alcohol, el cuerpo lo digiere rápidamente a las pocas horas. Uno de los subproductos del metabolismo del alcohol es una sustancia química llamada acetaldehído, que, según la Organización Mundial de la Salud, es un carcinógeno del grupo-1, lo que significa que hay un vínculo directo entre la exposición y el cáncer.

Para la mayoría de la gente, el acetilaldehído no supone un riesgo para la salud, a pesar de que puede contribuir a los síntomas de la resaca, porque una enzima llamada ALDH2 lo convierte rápidamente a un ácido inocuo, pero en el caso de otras personas, el acetilaldehído es un gran problema.

Cuando las personas con la mutación ALDH2 consumen cantidades moderadas de alcohol, experimentan síntomas que van desde enrojecimiento severo de la piel, a problemas de funcionamiento, dolor de cabeza, náuseas y palpitaciones. Los individuos con la enzima ALDH2 defectuosa también corren un mayor riesgo de varios tipos de cáncer relacionados con el alcohol, como de  boca, garganta y sistema digestivo superior.

Entre las personas que portan la mutación, los no bebedores tienen el doble de probabilidades de desarrollar este tipo de cáncer, mientras que los grandes bebedores que también fuman tienen 100 veces más de riesgo. La mutación ALDH2 también se ha relacionado con el cáncer colorrectal, pulmón e hígado, probablemente debido a la elevada exposición al acetaldehído.

Pero, "la exposición al acetilaldehído no sólo ocurre por beber alcohol, sino que también está presente en alimentos fermentados como la salsa de soja y yogur", destaca Che-Hong Chen, científico de investigación senior y principal autor del documento, añadiendo que cree que el peligro de la toxicidad del acetaldehído está infravalorado y es un gran riesgo para la salud pública para un gran segmento de la población de Asia Oriental.