Un estudio llevado a cabo por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC), ha estimado que dos de cada tres personas que residan en Europa a finales de este siglo, se verán afectadas por fenómenos de clima extremo, que azotarán sobre todo a los países del sur del continente como España o Italia.

En la investigación se han analizado los posibles efectos futuros de los siete desastres más peligrosos relacionados con la climatología, como son las olas de calor, las olas de frío, los incendios forestales, las sequías, inundaciones y ventiscas.

Los expertos señalan que el cambio climático es una de las mayores amenazas contra la salud humana del siglo XXI, y su peligro para la sociedad estará cada vez más ligado a los desastres que dependen de la meteorología.

Afirman que es necesario que se reduzca de manera urgente el calentamiento global a través de unas medidas adecuadas, porque si no, unos 350 millones de europeos podrían estar expuestos a eventos climáticos extremos cada año a finales de siglo.

Para la investigación se analizaron los registros de 2.300 desastres climáticos que han ocurrido en Europa entre 1981 y 2010 con el fin de determinar la vulnerabilidad de las poblaciones. Esto se comparó con las proyecciones sobre la evolución del clima en las próximas décadas para determinar el posible impacto futuro de los desastres ambientales.

El estudio ha indicado que las olas de calor serán el fenómeno más letal, que podría causar hasta el 99 % de las muertes. En las últimas décadas se habían producido unas 2.700 muertes por estos eventos extremos, pero podría ascender hasta las 151.500 muertes entre 2071 y 2100.

El trabajo predice además un incremento sustancial de las muertes por inundaciones en regiones de costa, que pasarían de provocar seis muertes al año a principios del siglo XXI a 233 antes del siglo XXII.

Los incendios, las inundaciones fluviales, las tormentas de viento y las sequías registrarán un avance menor, en comparación con los fenómenos más peligrosos, al igual que las olas de frío, que serán cada vez menos frecuentes, aunque no definitivas.

En el sur de Europa se verán afectadas, probablemente, todas las personas por un desastre climático, mientras que en el norte, una de cada tres personas podría verse afectada, lo que se traduce en tres muertes por cada millón de habitantes.