El estudio indica que las emisiones mundiales, apenas, han crecido un 0,2 % en 2016 respecto a los niveles de 2015, siendo ya el tercer año consecutivo en el que no se experimenta un incremento significativo, frente a las subidas medidas de un 3 % anual que se experimentaban durante la primera década de este siglo.

Desde la revolución industrial las emisiones globales de carbono han estado totalmente ligadas al crecimiento económico, una tendencia que la lucha contra el cambio climático ha obligado a romper, según han explicado los autores de este estudio publicado en la revista científica Earth System Science Data.

Glen Peters, uno de los investigadores que lideran este estudio, explica que esta estabilidad en las emisiones se debe a la caída de las mismas en China desde el año 2012, con un aumento de gases de un 0,7 % en 2015, respecto a 2014, y una proyección de un ligero 0,5 de incremento en 2016 respecto al año anterior debido a "un menor crecimiento económico y menor consumo de carbón".

En la actualidad, China representa el 30% de las emisiones de CO2 mundiales, por lo que cualquiera de sus datos son determinantes para el balance global.

Los investigadores también han destacado que está previsto que las emisiones de Estados Unidos desciendan un 1,7 % a finales de este año, fundamentalmente por el mismo motivo que China: el menor uso del carbón.

Este descenso sigue a la caída del 2,5 % que tuvo Estados Unidos en 2015 respecto a 2014.