Los delfines tienen la capacidad de crear vínculos sociales para cazar y reproducirse, pero también para criar a los recién nacidos. Un grupo de científicos australianos han avistado por primera vez que varios ejemplares hembras de delfín mular se unen de forma periódica cuando dan a luz para cuidar y proteger a sus crías de posibles depredadores.
Durante tres años, investigadores australianos han estudiado de qué manera los delfines hembra se sociabilizan con sus semejantes durante la época de apareamiento. Una instalación de cámaras en diferentes barcos han permitido observar a 50 hembras y descubrir grupos únicos de 20 a 30 ejemplares que se juntan para criar a su retoño. El estudio ha tenido lugar en un área de 120 km cerca de Bunbury, al oeste de Australia.
Los resultados del estudio se han publicado en Animal Conversation, y constatan que durante el verano austral (de diciembre a febrero) y principios de otoño (marzo), aumenta el número de hembras en aguas tranquilas y poco profundas, justo el momento que coincide con los nacimientos.
“En esos meses las hembras forman grupos como guarderías con otras hembras adultas y sus crías, donde descansan y cuidan juntas a sus pequeños”, ha explicado Sinc Holly Raudino, autora principal del estudio e investigadora en la Unidad de Investigación de Cetáceos de la Universidad Murdoch en Perth (Australia).
Este comportamiento resulta tremendamente novedoso, ya que nunca se habia observado antes en ninguna especie de delfín. Aun así, los expertos no desacartan que ocurra en otros lugares del mundo. El estudio documenta por primera vez los ciclos temporales en los vínculos sociales que establecen las hembras de delfín para evitar a los depredadores y el acoso de los delfines macho. Gracias a estas conclusiones, "podemos confirmar que tanto la distribución, la sociabilidad y partos son predecibles en tiempo y espacio", ha recalcado la investigadora.
Para los expertos, el trabajo proporciona información valiosa para mejorar la protección de ciertas áreas marinas. "Con esta investigación se podría lograr proteger una pequeña área amenzada de hábitat para que los delfines descansen y tengan a sus crías, pero esta zona podría ser mayor", ha subrayado Raudino.
Los barcos de recreo también suponen una amenaza tanto para hembras adultas como para las crías. Estas embarcaciones navegan en verano por aguas protegidas, justo cuando las hembras forman sus particulares guarderías. Estas actividades ponen en serio peligro tanto a hembras adultas como a las crías si los botes las golpean, por su excesivo ruido, o si se alimenta a los animales.
Por esta razón, el equipo propone mejorar la señalización y limitar la velocidad de las embarcaciones. Pero “depende de la colaboración de los dueños de los barcos y que estos no entren en estas zonas protegidas”, concluye la científica.